RESERVA DE NOSY MANGABE
Nosy Mangabe (situado a cinco kilómetros de la ciudad), refugio de muchos holandeses durante el siglo XVII, cuando era una parada en el camino hacia sus colonias (Sudáfrica, Indonesia, Mauricio), era utilizado para abastecer a los barcos con alimentos o esclavos. Los escritos grabados en las rocas de la playa holandesa, que datan de alrededor de 1630, evocan este periodo. En el siglo siguiente los franceses se apoderaron del lugar y lo convirtieron en un puesto comercial.
Hoy en día, la isla muy azul alberga una reserva especial de 520 hectáreas densamente cubierta de bosque secundario; la presencia de mangos o ravenalas atestigua una intervención humana más o menos lejana (hablamos del siglo V d.C.). Aquí pueden verse cinco especies de lémures, incluyendo el asombroso lémur aye-aye (introducido en 1967), tenrecs, uroplatos, camaleones, serpientes (se dice que un boido es endémico de la isla), así como murciélagos gigantes. También es posible realizar una interesante ruta de estudio de insectos.
Esta reserva es una excursión ideal de un día con pícnic.