BEIT-EL-AJAIB (HOUSE OF WONDERS)

Si antes el museo permanecía abierto oficiosamente, al menos parcialmente porque una parte del palacio se desplomó en 2011 en plena temporada alta de lluvias, ahora está cerrado al público. El sultán de Omán financia una restauración interminable que debería finalizar en noviembre de 2018, pero muchos temen que la corrupción latente consuma los fondos y retrase su reapertura hasta quien sabe cuando.

Sobre el palacio en sí: construido en 1883 como residencia del tercer sultán de la isla, Barghash, fue diseñado por un ingeniero de la marina británica y erigido sobre las ruinas del palacio de la reina afro-persa Fatuma, que reinó bajo las órdenes del primer sultán Said en el siglo XVII. En aquel entonces era la mayor vivienda de África oriental, dedicada a las ceremonias, recepciones y residencia del sultán, adornada con puertas ricamente esculpidas y grabadas con versículos del Corán, y con suelos de mármol. Fue la primera casa electrificada, y luego con un ascensor: son estos dos avances los que empujaron a la gente a llamarla Casa de las Maravillas (House of Wonders). Otra prueba de su modernidad en la época: estaba conectada por pasarelas (llamadas wikios) a los palacios adyacentes para permitir circular a las mujeres sin ser vistas desde la calle. Se salvó milagrosamente del bombardeo en la guerra contra los ingleses de 1896, a diferencia del vecino palacio de Beit al-Hukum. La imponente estructura está coronada por un campanario añadido un año después, con un reloj que siempre funciona pero marca la hora suajili (¡quite seis horas!). El palacio fue ocupado posteriormente por los británicos, a partir de 1911, y después de la revolución fue la sede del partido político CCM, antes de convertirse en el museo nacional. Frente a la puerta principal con animales esculpidos, en la orilla del mar, pueden verse tres cañones con los sellos de reyes portugueses del siglo XVI, confiscados por los persas en una batalla pero donados más tarde al sultán de Omán, que los devolvió a Zanzíbar.