Esta empresa familiar tanzana, que está invirtiendo en proyectos de ayuda a la población local, tiene casi treinta años de existencia. Proponen safaris a medida para cada cliente, con la máxima flexibilidad y una logística muy variada. De hecho, las tarifas son realmente diferentes según la demanda, aunque en general es ligeramente más caro que en otras partes. La empresa construyó un hotel junto a sus oficinas, lo que les permite bajar el precio de sus paquetes. Los guías son competentes y entusiastas, pero prudentes.
Disponen de material moderno (coches recientes, tiendas de lujo, aparatos de medición del contenido de oxígeno y botellas de complemento si es necesario para el Kili). Para minimizar el impacto medioambiental, la empresa se asegura de que sus vehículos se comprueben regularmente para evitar la contaminación adicional debida a la falta de mantenimiento, y sensibiliza a sus conductores mediante seminarios (no salir de los senderos, evitar un consumo innecesario de combustible).