PUEBLO NEOLÍTICO DE AL-BEIDHA
Al poblado neolítico de Beidha se accede desde el aparcamiento de Little Petra. En lugar de entrar en el desfiladero, tome el camino de la izquierda que baja a una meseta de arena. Las cabañas redondas y rectangulares situadas a la entrada del yacimiento son reproducciones a tamaño natural realizadas por los arqueólogos para comprender mejor los extraordinarios hallazgos realizados en este lugar. Hace falta bastante imaginación para dar a este sitio toda su importancia. Las ruinas de piedra seca, que se remontan al final de la Edad de Piedra, constituyen uno de los pueblos neolíticos más antiguos conocidos hasta la fecha. Fue ocupada por una de las primeras comunidades agrícolas de Oriente Próximo entre el 8500 y el 5500 a.C. Los artefactos encontrados allí han permitido a los arqueólogos comprender mejor los orígenes del desarrollo humano, que dio lugar a una evolución constante que permitió el florecimiento de las civilizaciones. Con la fabricación de herramientas, los inicios de la agricultura y la domesticación de ciertos animales, el ser humano comenzó a asentarse, y de eso trata Beidha. Se sabe que los hombres y mujeres del pueblo cultivaban cebada y tenían cabras. Al pasar de los edificios circulares a los rectangulares, hicieron evolucionar la arquitectura para que tuviera más en cuenta sus necesidades. El nomadismo y la vida de cazador-recolector no impidieron al hombre prehistórico construir edificios. Estos servían como refugios temporales o lugares de almacenamiento. Cuando los habitantes de Beidha se establecieron, se dieron cuenta de que era más fácil ampliar una casa cuadrada o rectangular que una redonda, y que también se podía ganar espacio hacia arriba añadiendo un piso. El yacimiento de Beidha también demuestra que había sistemas de creencias con rituales establecidos. A unos 40 metros de las casas se encontraron losas de piedra de forma ovalada con pequeñas depresiones, piedras en pie y una piscina. Parece que esta disposición sirvió como lugar de sacrificio o altar. Los restos de cuernos de cabra demuestran que este animal desempeñaba un papel importante en la vida de los habitantes. Sin embargo, es imposible conocer la naturaleza y el significado de los ritos religiosos. Sólo podemos suponer que las creencias se centraban en el culto a los antepasados.