LA CURE GOURMANDE
Un albergue sin pretensiones, una cálida bienvenida tanto al teléfono como a la entrada del restaurante, escondida detrás de la iglesia en la antigua cura del siglo XVIII. La sala al ambiente íntimo se abre por un balcón en unas bonitas vistas. En una región que promueve el turismo verde, los caminantes podrán comer bien en un menú completo de 20 euros. Y si los platos son sin sorpresa -ensaladas, confitado de pato-, nos gustó el salmón riscitrado con aceite de avellanas y piñones, así como pollo con cangrejos. ¡Ah! Por cierto, no te sorprendas si cerca de la iglesia te encuentras con Chou-Tchou,¡síguelo! ¡Te llevará directamente al albergue! Porque si Mykonos y sus tabernas tienen su pelícano, Egliseneuve y la Cura Gourmande tienen su cerdo negro.