FORTALEZA DE KUÉLAP
Es a una pareja de antropólogos franceses, los Reichlen, a quienes debemos la exploración sistemática, en 1948, de Kuélap, uno de los principales yacimientos arqueológicos de Perú. Hoy en día, el acceso al lugar se ve muy facilitado por el teleférico. Desgraciadamente, en abril de 2022 un desprendimiento de tierra provocó el derrumbe de uno de los muros exteriores de la fortaleza, y desde entonces la visita ha sido más bien panorámica, ya que las obras de su rehabilitación tardan en ponerse en marcha.
Encaramado a 3.080 m de altitud, en medio de una selva de orquídeas que se aferran a los árboles cubiertos de musgo, este complejo fortificado consta de dos plataformas superpuestas sobre las que se construyó un pueblo. La muralla del recinto (la más imponente después de la de Saqsaywamán, en el Valle Sagrado, cerca de Cuzco) tiene 584 m de largo y 110 m de ancho, con una altura máxima de 30 m. Es una parte de este recinto la que ha sido dañada. Las tres estrechas salidas permitían defender la ciudadela con eficacia y resistir los terremotos.
Entre las 400 viviendas circulares, destacan el Tintero, un cono invertido de más de 5 m de altura, en el que se construyó una cámara a 5 m de profundidad; los seis edificios decorados con frisos de piedra que representan ojos de puma; el Castillo, un monumento ritual de 3 plantas; y el Torreón, una torre de vigilancia de 7 m de altura. El conjunto pertenece a la cultura Chachapoyas, "montaña con cima de niebla" en quechua, que alcanzó su apogeo entre los años 900 y 1200.