COLISEO (COLISEO)

El Coliseo es el símbolo de Roma y el mayor anfiteatro de la Antigüedad. Fue escenario de las mayores batallas de gladiadores de la época romana, y más tarde se utilizó como vivienda, antes de ser despojado de sus materiales, transformado en lugar de culto cristiano y abandonado hasta su restauración.

La edad de oro del Coliseo. El anfiteatro Flavio, llamado así por la dinastía de emperadores que lo construyó, fue el proyecto más ambicioso de nuestra era. Fue el emperador Vespasiano (69 - 79 d.C.) quien decidió construirlo en el 72 d.C., y se terminó en el 80 d.C., durante el reinado de su hijo el emperador Tito (39 - 81 d.C.). Su objetivo era dotar a la ciudad de un anfiteatro digno de la reputación de los juegos de Roma, que se celebraban en el Campus Martius en un edificio provisional desde el gran incendio. Se dedicaron casi 100 días consecutivos a su inauguración, que provocó la muerte de decenas de gladiadores y de casi 9.000 animales Fue Domiciano (81-96 d.C.) quien más tarde completó las estructuras subterráneas y diseñó los barracones de gladiadores(Ludi) en el lado oriental del valle. Sin embargo, sufrió daños, sobre todo a causa de un gran incendio en 217 d.C. y de terremotos. Por ello, fue remodelado varias veces hasta el siglo ^VI. Los combates de gladiadores, condenados por los emperadores cristianos, fueron suspendidos por Honorio y abolidos por Valentiniano en 438 d.C.. Las últimas venationes tuvieron lugar en 523 d.C., marcando el inicio del lento declive del Coliseo.

Abandono y reutilización. Al principio, las salas de la planta baja se convirtieron en viviendas y, en los siglos ^XII y ^XIII, el Coliseo pasó a formar parte de la fortaleza de la familia Frangipane. En 1345, un terremoto derribó parte de la arena y los materiales de construcción fueron saqueados. Se arrancaron los bloques de piedra, se desmontaron las columnas, se salvaron los ladrillos y se retiraron los clavos de hierro y plomo (más de 300 toneladas) que sujetaban los bloques de travertino o los paneles de mármol, lo que explica los numerosos agujeros en los muros de ladrillo y piedra. Muchos monumentos romanos se construyeron con material del Coliseo, como la basílica de San Pedro, el palacio de la Cancillería o la iglesia de San Marcos, entre otros. Los humanistas romanos del siglo ^XV pidieron su protección, pero no fue hasta 1753 cuando el Papa Benedicto XIV prohibió el uso del Coliseo alegando que muchos cristianos habían sido martirizados allí (lo cual no es cierto, ya que las persecuciones se organizaron en el Circo Máximo, el gran estadio de carreras de cuadrigas). En cualquier caso, el anfiteatro se conservó y cada Viernes Santo se organizaba el Vía Crucis en presencia del Papa. Los revestimientos de mármol y los bloques de refuerzo fueron robados, al igual que todo lo que pudiera reutilizarse para construir en otro lugar, sobre todo después de los terremotos que destruyeron partes de Roma en el siglo ^XIV. En el mismo siglo, se estableció aquí una orden religiosa. El edificio se había vuelto imponente, incluso demasiado, y fue parcialmente destruido en una ciudad que se volvía más atractiva en los siglos ^XVII y ^XVIII. El Papa Clemente XI (1649-1721) lo transformó en lugar del martirio de los primeros cristianos. Se construyó allí un Vía Crucis.

La restauración. Durante la campaña italiana de Napoleón, el emperador francés, gran amante de la historia antigua, ordenó que se realizaran aquí excavaciones arqueológicas, como hacía en todas sus visitas. No fue hasta el siglo ^XIX cuando se llevaron a cabo nuevas excavaciones para descubrir las estructuras subterráneas de la arena, así como importantes obras de restauración para devolver al "Coloso" al estado en que se encuentra hoy. La titánica obra supuso la restauración de los ambulacros, los pasadizos subterráneos y las fachadas norte y sur, así como la puesta a punto de todo el edificio.

Aspecto arquitectónico. El Coliseo mide 188 m de largo y 156 m de ancho, y ocupa una superficie de 3.357 metros cuadrados. Los muros tienen 48 m de altura. La arena central mide 86 m por 54 m y está rodeada por un recinto de 4,5 m de altura. Por supuesto, el edificio se construyó con travertino, la piedra de Roma, mezclado con ladrillos. Tres niveles de 80 arcadas forman la fachada exterior, enmarcada por semicolumnas con capiteles toscanos en el primer piso, jónicos en el segundo y corintios en el tercero. La superficie interior se conoce como cavea, y los pasadizos subterráneos ahora descubiertos estaban cubiertos por un suelo de madera que formaba la arena en el centro de las hileras de gradas. En el exterior, un sistema muy moderno de cerca de 80 puertas numeradas permitía a los 73.000 espectadores acceder rápidamente a sus asientos, según su condición, en los cuatro niveles. Como era habitual en la antigüedad en los edificios egipcios y romanos, las astas de las banderas aumentaban la altura del edificio. En la parte superior, Domiciano dispuso una lona(velarium) formada por tiras de tela tiradas por un equipo de 100 marineros para proteger a los espectadores del sol.

Se recomienda encarecidamente reservar en línea. Hay dos taquillas oficiales en Roma: Piazza del Colosseo y Largo della Salara Vecchia. Sin embargo, los tiempos de espera pueden ser muy largos y el número de entradas es limitado. Los billetes sólo son válidos el día indicado.