BASILICA DI SAN PAOLO FUORI LE MURA (BASÍLICA MAYOR DE SAN PABLO FUERA DE LOS MUROS)
Iglesia con una notable pinacoteca, una de las cuatro basílicas mayores de Roma.
Junto con la de Letrán, la del Vaticano y la de Santa María la Mayor, la de San Pablo Extramuros es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y, como tal, forma parte del territorio vaticano. San Pablo, martirizado en el año 67 d.C., fue enterrado aquí a lo largo de la Via Ostiense, que, como las demás salidas, está bordeada de cementerios. En el siglo IV, Constantino hizo construir un pequeño santuario sobre la tumba del santo. Para hacer frente a la afluencia de gente, a finales de siglo Honorio rediseñó el conjunto, invirtiendo la orientación que, tal y como estaba originalmente, bloqueaba el desarrollo del edificio debido a la altura que domina este lugar. Durante el siglo VIII fue el centro de un pequeño estado monástico feudal, Giovannopoli. Habitado hasta 1348, Giovannopoli fue abandonado posteriormente. En el siglo IX, la basílica fue rodeada por una muralla fortificada y posteriormente enriquecida, sobre todo en la Edad Media, por Arnolfo di Cambio y por Pietro Cavallini. El incendio que la asoló en 1823 se consideró un desastre. Se reconstruyó tanto y tan bien como fue posible. El resultado da fe de ello. El vasto atrio que precede a la entrada principal es del siglo XIX-principiosdel XX; por desgracia, es inútil detenerse en él. La nave es impresionante por su tamaño y su bosque de columnas de granito: hay 80. La luz procede de los vanos revestidos de alabastro transparente, que le da una tonalidad muy especial. Las estatuas de los nichos laterales representan a los apóstoles y son del siglo XIX o XX. El arco triunfal está decorado con un mosaico del sigloV muy bien restaurado. El copón del altar mayor es obra de Arnolfo di Cambio (1285) y constituye un buen ejemplo del llamado estilo gótico internacional que imperaba en la época. El mosaico del ábside, encargado por Honorio III, es del siglo XIII. Del incendio se salvaron algunos muebles de gran belleza. En la capilla del Santísimo Sacramento, a la izquierda del crucero, hay un Cristo de madera de Cavallini y una estatua de Santa Brígida de Maderno. El candelabro del cirio pascual es de Vassaletto. El claustro contiguo también merece una visita. Por último, hay que dedicar un tiempo a la Pinacoteca, para ver en particular el estado del complejo tras el desastre de 1823, descrito en una serie de grabados. Fíjese en los medallones de mosaico colocados en el entablamento de toda la basílica. Representan a todos los papas desde San Pedro.