BASÍLICA DE SANTA HELENA
De inspiración barroca, repleta de numerosas florituras, la basílica, fechada en el 1727 y asignada a Domenico Cachia, es en aquel momento la cuarta parroquia de la isla. Aunque poco visitada por los turistas, no carece de interés. El interior, blanco y dorado, incluye nichos a lo largo de la nave. El suelo es sobrio, de mármol gris y blanco, y el techo está cubierto de frescos. Una vitrina alberga la estatua de madera de Santa Helena, vestida con un vestido azul y oro, y realizada en 1837 por Salvatore Psaila. Esta estatua, que se paseó en la ciudad en tiempos de fiestas, fue financiada por el caballero Borg, un patriota maltés, ferozmente opuesto de los franceses. El campanario de la basílica alberga 7 campanas, una de ellas de más de 800 kg. Al salir de Santa Elena, puedes ver la cúpula de la iglesia Tal-Herba.