WHITE ISLAND
A sólo 48 km de la costa, la isla de 325 hectáreas era la atracción de Whakatane. Su famoso estratovolcán de andesita, Whakaari, es uno de los más activos de Nueva Zelanda. La isla es sólo la punta de un volcán submarino mucho mayor. Cuenta la leyenda que surgió cuando el sacerdote Ngatoroirangi invocó el fuego de la tierra de sus antepasados para calentar sus miembros helados al perderse en el monte Tongariro. A su paso, el fuego perforó la superficie terrestre y creó la Isla Blanca. En 1883 se construyó una fábrica en Tauranga para transformar el azufre en ácido sulfúrico. La extracción cesó en 1934, pero sus restos aún son visibles. La isla es ahora una reserva que solo se puede visitar por aire, y desde el 9 de diciembre de 2019 sin aterrizar por razones de seguridad.
El día 9 de diciembre de 2019: a veces piensas que el país no es tan peligroso como todo eso y te limitas a disfrutarlo sin preocuparte por los peligros volcánicos. Ese día, sin embargo, nadie habría imaginado lo impensable. Eran las 14.11 cuando Whakaari entró en erupción. Poco menos de 50 personas se encontraban en la isla en ese momento (el anuncio oficial era de 47 personas, 2 desaparecidas). La erupción freática liberó vapor y gas a temperaturas extremas. El balance fue muy elevado: 22 personas perdieron la vida, 2 no fueron encontradas y 25 resultaron gravemente heridas.
Véase The Volcano: Rescue from Whakaari, documental dirigido por Rory Kennedy en 2022.