Qué ver y hacer Raglán

Situadas a medio camino entre Auckland y Raglan, las cuevas de Nikau (llamadas así por la palmera) bien merecen una visita y superan a las famosas cuevas de Waitomo, más al sur, que suelen estar muy concurridas. Philip y Anne llevan más de 30 años dirigiendo su negocio familiar y su granja. Ofrecen una fascinante visita guiada a una cueva kilométrica llena de luciérnagas. Se recomienda estar en buena forma física y llevar ropa adecuada. Hay que arrastrarse por el agua. En la cafetería, todo es casero.

Desde Kawhia, en dirección oeste hacia la costa, tras atravesar el bosque de Tainui Kawhia por la carretera de Te Puia, se llega a la playa oceánica de Te Puia. Desde el aparcamiento, un paseo de dos minutos lleva a unas grandes dunas de arena negra. Con la marea baja, en la playa, los visitantes pueden cavar su propia piscina de agua caliente (38°C). Si no tiene pala, siempre puede pedir una prestada a los entusiastas del lugar u ofrecerse a ayudar.

La carretera no está asfaltada y tendrá que tomarse su tiempo para hacer el trayecto desde Raglan, pero el paisaje merece la pena. Otra opción es volver hacia Hamilton y tomar la SH31 hasta Kawhia. Se trata de un pueblo aún más tranquilo que Raglan. La tradición maorí menciona que la canoa Tanui (de Hawaiiki) desembarcó en la zona. El puerto de Kawhia se encuentra a unos 40 km al sureste de Hamilton y está lleno de sorpresas, como sus aguas termales, situadas a otros 4 km al sur.

El desfiladero de Te Toto, al sur de Raglan, ofrece unas vistas excepcionales de la costa occidental. Desde el aparcamiento, donde se puede dejar el vehículo, un pequeño sendero conduce a una plataforma de observación. Éste es también el punto de partida para quienes deseen llegar al monte Karioi. Antes de llegar a este magnífico mirador, deténgase en Manu Bay y Whale Bay para observar a los surfistas durante unos minutos. Si dispone de un hornillo, prepárese una taza de té o café y siéntese en un banco o en una silla de camping.

Bridal Veil Falls es una cascada de 55 metros de altura situada más allá de Te Mata. Hay unos veinte minutos a pie hasta la parte superior y posterior de las cataratas, donde hay dos miradores. Este tramo es accesible en silla de ruedas. Si desea continuar hasta la base de la cascada, tómese otros quince minutos y suba los 261 escalones. El esfuerzo merece la pena. Ambas vistas (superior e inferior) son magníficas.