TREKKING
La región está llena de posibilidades de paseos por la montaña: el Monte Moroto (3.084 m), el Monte Kadam (3.068 m), el Monte Morungole (2.750 m) o el Monte Napak (2.537 m), un volcán erosionado muy apreciado por los paleontólogos por sus fósiles de hace veinte millones de años y marcado por sus vertiginosas cumbres... Desde Moroto, se puede escalar el pico homónimo mientras se duerme en la cima o hacer una caminata más corta a una piscina natural de agua ideal para refrescarse después del sudor de la subida. Las vistas desde los flancos del macizo son bastante impresionantes y se pueden ver babuinos y dik-diks (antílopes enanos) a lo largo del camino. Es mejor ir acompañado por un guía, ya que los senderos no están marcados. Se recomiendan buenos zapatos para caminar, suficiente agua, bocadillos y posiblemente sus bastones, ya que las laderas a veces están secas y expuestas a la luz del sol. Si le apetece y es ingenuo, no dude en ponerse en contacto con Kara-Tunga, que organiza excursiones y caminatas (de unas horas a varios días) en los macizos volcánicos de la zona. Los más valientes podrán así atacar el nuevo itinerario trazado en las eminencias y a través de la vegetación del monte Moroto (30 km, 3 días, 2.250 metros de desnivel positivo) o abordar las cuatro cimas antes mencionadas durante una expedición de diez días ideada por el Kara-Tunga itou. Así que, a sus botas, listo, ¡ya!