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Como dicen los habaneros, " Cuba es La Habana, y lo demás es paisaje " (Cuba es La Habana, y lo demás es paisaje)... Fundada en 1519 en la costa noroeste de Cuba, la antigua ciudad de La Habana se ha mantenido fiel a su rico pasado arquitectónico. Atípica y orgullosa, pasear por sus estrechas calles, donde suntuosos palacios y edificios en ruinas se miran a la cara, es como viajar en el tiempo, salpicado de encuentros con viejas máquinas americanas de los años 50 pulidas con esmero y coches japoneses más recientes. Pero no hay que olvidar que, como en cualquier capital de 2 millones de habitantes, las bicicletas, los coco-taxis y los monopatines tienen dificultades para abrirse paso en este caos urbano.

Recorra La Habana Vieja y descubra su patrimonio único, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es la envidia de América Latina, con sus iglesias barrocas, palacios, plazas y edificios Art Déco, telón de fondo de este bullicio perpetuo en el que no es raro cruzarse con un habanero fumador, puro en boca... Pero nadie se va de La Habana sin oler el mar a lo largo del Malecón, que se extiende a lo largo de kilómetros a través del Estrecho de la Florida y adquiere colores sublimes con los últimos rayos del sol. Y cuando el sol se pone, la fiesta latina continúa hasta el final de la noche.

¿Quiere saber más sobre La Habana? Descubra nuestro artículo dedicado: La Habana, una capital fascinante

1. La Catedral

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Es una de las plazas más bellas de la ciudad, sobre todo por su pavimento, dispuesto en forma de cruz en el centro. Es el conjunto colonial mejor conservado de América Latina y tiene el mérito de haber sido realizado a escala humana, ofreciendo maravillosos momentos de vida con sus músicos actuando no lejos de la catedral. Una placa conmemora la visita del Papa Juan Pablo II a La Habana en enero de 1998. La catedral ocupa todo el lado de la calle Empedrado, entre San Ignacio y Mercaderes.

Apodada la Catedral de la Virgen María de la Inmaculada Concepción, ahora se conoce como la Catedral de San Cristóbal de La Habana, aunque los cubanos se refieren a ella simplemente como la catedral. Una joya arquitectónica barroca del siglo XVIII, con una fachada de 35 metros de piedra erosionada, fue fuente de inspiración para muchos de los palacios de La Habana. Las torres laterales son ligeramente asimétricas, siendo la de la izquierda más estrecha para que no desaparezca el callejón que discurre junto a ella. En el interior, la decoración es diferente, con un toque neoclásico tras las reformas ordenadas en 1814 por el obispo Espada. De esta época son también los óleos, obra del francés Jean-Baptiste Vermay. El altar central y el sagrario fueron decorados con tallas de madera y ornamentos de oro por el artista italiano Bianchini. ¡Una pura maravilla!

2. El antiguo palacio presidencial

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Actualmente alberga el museo de la Revolución. Construido entre 1912 y 1919 por arquitectos belgas y cubanos, sirvió de residencia presidencial a 21 jefes de Estado hasta la revolución de 1959. Construido íntegramente en piedra blanca en cuatro plantas, la sobria elegancia del exterior contrasta con el lujo del interior, donde abundan el mármol, las columnas y los amplios salones, entre ellos el Salón de los Espejos, réplica de la famosa galería de Versalles, y el Salón Dorado, todo en mármol amarillo. Fidel Castro nunca se alojó allí, sin duda para distinguirse de todos los presidentes que le precedieron, y en 1974 se convirtió en el museo de la historia reciente de Cuba.

Con una gran cantidad de documentos, fotos, objetos, mapas, maquetas, etc., el museo de tres plantas ofrece una visión completa y cronológica de la historia de la lucha cubana por la independencia. Desde las rebeliones aborígenes contra los conquistadores a las guerras de independencia del siglo XIX contra la esclavitud del poder colonial español, sin olvidar la fascinante historia del movimiento obrero de los años 20 y 30 y el surgimiento del proceso revolucionario: todo está aquí. A continuación, salga del museo para visitar el monumento al Granma, donde se expone el yate del mismo nombre a bordo del cual Fidel Castro y 81 combatientes, entre ellos el Che, partieron de México para librar la última guerra revolucionaria.

3. El Capitolio Nacional

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¿Le suena esta joya monumental neoclásica? El Capitolio Nacional, construido entre 1926 y 1929 en el emplazamiento de la primera estación de ferrocarril de La Habana, es un intento de copiar al de Washington. Incluso se permite el lujo de ser algo más grande que su homónimo, y tras haber sido sede de la Cámara de Representantes y el Senado antes de la revolución, ahora alberga las oficinas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, así como una biblioteca científica. Todo en este complejo arquitectónico es grandioso y espectacular, desde la escalinata de granito (39,5 metros de ancho y 27 de largo) que conduce a un monumental pórtico con dos esculturas de bronce (de unos 7 metros de altura y 11 toneladas de peso) hasta su cúpula (inspirada en la del Panteón de París), de 91,73 metros de altura...

Detrás de las poderosas columnas, las tres puertas de la entrada principal, también de bronce, presentan bajorrelieves que ilustran episodios de la historia cubana: cuatro alegorías, desde el periodo precolombino hasta la inauguración del Capitolio. La escala gigantesca del edificio se extiende también a su interior, con una de las estatuas más grandes del mundo de interior, de 14 metros de altura y 30 toneladas de peso. El interior también merece una visita para los amantes de Versalles y su eclecticismo, con el Salón de los Pasos Perdidos (el salón de los pasos perdidos)...

4. El Palacio de los Capitanes Generales

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Hoy alberga el actual museo de la ciudad. Construido entre 1776 y 1791, el pal acio se convirtió en la residencia oficial de los Capitanes Generales nombrados por el Rey de España, que representaban la máxima autoridad civil y militar de la isla. Posteriormente, los prisioneros fueron desalojados y las celdas, convertidas en talleres, se alquilaron a artesanos. Posteriormente, el palacio fue utilizado para albergar gobiernos de influencia norteamericana a principios del siglo XX, como palacio presidencial y como sede de reuniones del Ayuntamiento de La Habana hasta 1967. En esa fecha abrió sus puertas el Museo de la Ciudad, testigo de la herencia barroca colonial española de la ciudad.

La fachada que da a la plaza tiene nueve arcadas sostenidas por diez columnas, coronadas por el escudo de España. Las molduras, cornisas y otros elementos decorativos fueron utilizados por muchos arquitectos de la época para otros palacios de La Habana. Para los curiosos que quieran saber por qué los adoquines de la calle Tacón son de madera... Cuenta la leyenda que un capitán general que no podía pegar ojo porque las ruedas de los carruajes traqueteaban sobre la piedra hizo que uno de sus ayudantes de campo las sustituyera, ¡todo para quedar bien! Visite el Palacio de los Capitanes Generales reservando aquí ¡su visita guiada por la ciudad de La Antigua!

5. El Malecón

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La Habana no sería lo que es sin su imperdible Malecón, el paseo asfaltado que separa la ciudad del mar a lo largo de casi 7 kilómetros. Durante el día, verá a pescadores codeándose con niños que saltan a las agitadas olas desde la orilla, mientras que su memorable puesta de sol pondrá en pie a los más juerguistas, ¡en busca del pulmón de la ciudad donde late el corazón de la vida cubana! Siéntese con su botella de ron y la gente vendrá a usted... Un verdadero soplo de aire fresco

Pero sobre todo, el Malecón es una franja de tierra que recorre los barrios de La Habana de oeste a este, desde los más acomodados hasta los más populares. Es a lo largo de esta avenida donde encontrará numerosos monumentos míticos, desde el Castillo San Salvador hasta el Castillo de la Chorrera, sin olvidar el Castillo del Morro y su famoso faro. Sin olvidar algunos de los hoteles más prestigiosos de La Habana, como elHotel Nacional, el Meliá Cohiba y el Riviera. En invierno, durante los días de fuertes lluvias, las olas chocan contra el muro del Malecón con un ruido sobrecogedor, y los cubanos que practican la santería (religión caribeña) ven en ello una señal de malos augurios, siendo la tormenta el resultado de la ira de uno de sus dioses.

6. El cementerio de La Habana

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Verdadero museo al aire libre, el Cementerio de Cristóbal Colón es famoso por su valor arquitectónico, artístico e histórico. Curiosamente, el cementerio no data de la época de Cristóbal Colón, y el navegante y presunto descubridor de América nunca fue enterrado allí. A partir de 1872, el cementerio se reservó casi exclusivamente a la élite intelectual, política y económica: desde el marqués de Bellavista, conde de Peñalver y la familia Falla-Bonnet (vinculada a la familia real española) hasta los generales de las guerras de independencia, mártires de la revolución fallecidos antes de la victoria de 1959, sin olvidar a los ocho estudiantes de medicina fusilados por los españoles en 1871, Cirilo Villaverde (autor de Cecilia Valdés, la primera novela cubana), doña Leonor Pérez (madre de José Martí, héroe nacional de Cuba) y el gran escritor cubano Alejo Carpentier.

Lo que realmente llama la atención es la riqueza monumental, desde la puerta de entrada románica en adelante, con tumbas tan variadas como las diferentes influencias cubanas: racionalistas, neogóticas, eclécticas; templos grecorromanos y neoclásicos; castillos medievales, palacios en miniatura; criptas art déco y renacentistas... ¡e incluso una pirámide! Una fiesta para los ojos, a pesar de la ubicación...

7. La vida nocturna de los bares

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Es impensable irse de Cuba sin haber experimentado el ritmo de su vida nocturna y vivido la más bella noche feliz. Unos cubatas libres en compañía de amigos cubanos, y mañana será otro día, como nos gusta decir aquí. Mayoritariamente reservadas a los hispanohablantes, aunque el lenguaje musical sea universal, las peñas son probablemente la forma más auténtica de expresión de la cultura cubana. Si le gusta el ambiente amistoso de las veladas entre amigos, donde la gente se reúne para dar rienda suelta a su creatividad cantando a coro con acompañamiento musical: piano, cajón de madera o botella golpeada con una cuchara... ¡Entonces adelante! Por supuesto, es imposible no mencionar el bar El Floridita, que acogió a multitud de artistas en los años treinta y cuarenta. Entre ellos, Ernest Hemingway, que pasaba aquí las tardes tomando el daiquiri de la casa. Una estatua rinde homenaje al escritor. Con su rica historia, el Floridita atrae inevitablemente a muchos turistas, ya que es uno de los lugares de visita obligada de La Habana.

Pero si lo que busca es un ambiente a medio camino entre el carnaval de Río y el Moulin Rouge, no dude en abrir la puerta de uno de los legendarios cabarets de la capital, ya sea el Tropicana y su compañía de 200 bailarinas actuando al aire libre, o el mucho más asequible pero no menos espectacular Cabaret Parisien.

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8. Comprar puros cubanos

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¿A quién no le han entrado ganas de fumarse un puro cubano? Cuando se trata de tabaco, Cuba no tiene rivales en el mundo. El país vive al ritmo de su producción, desde el plantador y su cosecha, pasando por las visitas guiadas a una fábrica, eltorcedor y su tabla de madera, hasta el coleccionista que vende anillas y vistas (los diseños que adornan las cajas). Y todo a precios de ganga...

Fundada en 1845 por un español que emigró a La Habana, Partagás es una de las fábricas de puros más antiguas de la capital, donde nunca se ha interrumpido la producción. Quizá sea uno de los lugares imprescindibles que visitar en La Habana, ya que tendrá la oportunidad de ver trabajar a los torcedores. Y descubrirá por qué las novelas más vendidas se han convertido en los nombres de famosas marcas de puros como Montecristo y Romeo Y Julieta. Y no faltan las anécdotas: el revolucionario cubano de origen argentino Ernesto Che Guevara, obligado por sus médicos a fumar un solo puro al día, se benefició incluso de la complicidad de la fábrica, que creó especialmente para él un extraordinario puro de 75 cm de largo

Los habanos están tan arraigados en la cultura cubana que son uno de los productos imprescindibles de Cuba

9. Pasar un día en la playa

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¿Quién dijo que pasar unos días en La Habana significaba renunciar a disfrutar de la belleza de su litoral? A menos de 20 kilómetros de la gran ciudad se encuentra la primera de una serie de siete Playas del Este que se extienden a lo largo de unos quince kilómetros. Sol radiante, aguas cálidas y transparentes, arena blanca y fina, pinos y cocoteros son sólo algunas de las razones por las que los habaneros acuden aquí los fines de semana y las vacaciones. El Bacuranao más cercano está a 20 minutos, el Tropico más lejano a una hora en coche. Entre medias: Megano, Santa María del Mar (la más larga y popular), Boca Ciega, Guanabo y Jibacoa. A media tarde, algunos excelentes grupos musicales hacen sus apariciones, prolongando un rato su estancia en una atmósfera de paraíso terrenal. Pero tenga cuidado de no dejarse llevar por el entusiasmo y confundir las simpáticas bolsitas azules que encuentre en la playa con medusas cargadas de ácido que podrían estropearle las vacaciones.

A sólo media hora en taxi o autobús, no tardará mucho más en llegar de La Habana a las playas desde el Parque Central. Un descanso más que delicioso..

10. La Plaza de la Revolución

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LaPlaza de la Revolución es uno de los lugares más emblemáticos de La Habana, y bien merece una visita a fondo. Situada en el barrio del Vedado, esta amplia plaza ha sido escenario de muchos acontecimientos políticos importantes en la historia de Cuba. En el centro de la plaza se alza el monumento a José Martí, una imponente torre de mármol que rinde homenaje al héroe nacional cubano. Desde lo alto, la torre ofrece una espectacular vista panorámica de la ciudad.

La plaza también está rodeada de edificios emblemáticos, entre los que destaca el Ministerio del Interior. En la fachada de este edificio verá la famosa imagen del Che Guevara, icono revolucionario mundialmente conocido. Este mural se ha convertido en un símbolo de la revolución cubana.

La Plaza de la Revolución es un lugar de encuentro político y escenario de importantes discursos. Los cubanos se reúnen aquí para mostrar su apoyo al gobierno o para celebrar acontecimientos revolucionarios. La plaza es a menudo el punto de partida de desfiles y manifestaciones populares.

Una visita a esta histórica plaza le permitirá apreciar laarquitectura monumental que la rodea y sentir el ambiente cargado de historia que aquí reina. La Plaza de la Revolución es un lugar de memoria donde comprender la importancia política de Cuba y el legado revolucionario que dio forma al país. Es una visita obligada para cualquier persona interesada en la historia y la política cubanas.

11. El Museo de la Revolución

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El Museo de la Revolución es uno de los lugares más importantes de La Habana para comprender la historia y la revolución cubanas. Ubicado en el antiguo palacio presidencial, el museo recorre la historia del país desde la colonización española hasta la revolución de 1959.

Cuando visite el museo, descubrirá una gran cantidad de objetos y exposiciones que recorren los acontecimientos clave de la revolución, incluida la lucha contra la dictadura de Batista y el ascenso al poder de Fidel Castro. Podrá ver armas, uniformes, fotografías y documentos históricos que dan testimonio de este periodo crucial de la historia cubana.

Una de las atracciones más populares del museo es el yate Granma, utilizado por Fidel Castro y sus compañeros revolucionarios para regresar a Cuba desde México en 1956. El yate se conserva cuidadosamente y se expone en una sala especial del museo.

Además de la exposición permanente, el museo también presenta exposiciones temporales que exploran diferentes aspectos de la historia y la revolución cubanas. Podrá aprender más sobre las figuras emblemáticas de la revolución, como el Che Guevara y Camilo Cienfuegos, y comprender los ideales e ideas que dieron forma al país.

Visitar el Museo de la Revolución es una oportunidad única para adentrarse en la historia de Cuba y comprender mejor los acontecimientos que dieron forma al país. Tanto si es un aficionado a la historia como si simplemente siente curiosidad por el pasado de Cuba, este museo le proporcionará una experiencia enriquecedora e instructiva.

12. El Jardín Botánico Nacional

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El Jardín Botánico Nacional de Cuba es uno de los tesoros naturales de La Habana. Situado en los suburbios del sur de la ciudad, este jardín botánico ocupa una vasta extensión de más de 600 hectáreas. Alberga una increíble diversidad de flora tropical, con más de 4.000 especies de plantas diferentes.

Al pasear por los cuidados senderos del jardín, le sorprenderá la belleza y riqueza de la naturaleza que lo rodea. Podrá admirar plantas exóticas, majestuosos árboles, coloridas orquídeas, imponentes palmeras y muchas otras fascinantes especies botánicas.

El jardín botánico también cuenta con zonas especiales dedicadas a la conservación y protección de especies en peligro de extinción. Podrá aprender más sobre los esfuerzos de conservación e investigación que se realizan para salvaguardar la biodiversidad de Cuba.

Además de su valor científico, el jardín botánico es también un lugar de relax y ocio. Podrá relajarse a la sombra de los árboles, hacer picnic en las zonas de merendero o disfrutar de las áreas de juegos infantiles.

El Jardín Botánico Nacional es una escapada tranquila y educativa, ideal para los amantes de la naturaleza y los entusiastas de la botánica. Tanto si es un visitante curioso como un especialista en la materia, quedará encantado por la diversidad y belleza de las especies vegetales que se encuentran en este remanso de verdor.

13. Castillo del Morro (Castillo de los Tres Reyes del Morro)

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El Castillo del Morro, también conocido como Castillo de los Tres Reyes del Morro, es uno de los monumentos más emblemáticos de La Habana, Cuba. Encaramado en una colina a la entrada de la bahía de La Habana, este fuerte histórico ofrece unas vistas espectaculares del mar Caribe y es un símbolo de la defensa de la ciudad contra los ataques desde el mar.

Construido en el siglo XVI, el Castillo del Morro es una obra maestra de la arquitectura. Su maciza estructura, sus murallas de piedra y sus imponentes torres atestiguan su papel crucial en la protección de La Habana contra piratas e invasores extranjeros. El fuerte también estaba equipado con potentes cañones para proporcionar una sólida defensa.

En la actualidad, el Castillo del Morro alberga el Museo de la Piratería, donde los visitantes pueden descubrir la cautivadora historia de los piratas caribeños. Los aficionados a la historia marítima quedarán fascinados por los relatos de batallas navales, tesoros perdidos y la vida aventurera de los piratas.

Los visitantes también pueden pasear por las murallas, admirar las vistas panorámicas de la bahía y disfrutar de la paz y la belleza del entorno. Las puestas de sol desde el castillo son especialmente impresionantes y ofrecen momentos mágicos y románticos.

Castell del Morro también es conocido por su famosa ceremonia del cañón. Todas las tardes, al atardecer, guardias vestidos de época disparan un cañón para marcar el cierre de las puertas de la bahía de La Habana. Es un espectáculo tradicional que atrae a muchos visitantes.

Tanto si es un aficionado a la historia, un entusiasta de la piratería o simplemente busca una vista excepcional, el Castillo del Morro es una visita obligada en su viaje a La Habana.

14. El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

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ElMuseo Nacional de Bellas Artes de Cuba, situado en La Habana, es un tesoro artístico que alberga una de las colecciones de arte más importantes de toda Latinoamérica. Este renombrado museo exhibe una amplia gama de obras de arte, desde periodos antiguos hasta arte contemporáneo, ofreciendo a los visitantes una cautivadora inmersión en la historia del arte cubano e internacional.

El museo consta de dos edificios principales: el Palacio de Bellas Artes y el Centro Asturiano. En el Palacio de Bellas Artes, un magnífico edificio neoclásico, se exponen obras de los siglos XVII al XX, destacando artistas cubanos emblemáticos como Wifredo Lam, Amelia Peláez y René Portocarrero. También hay colecciones de arte europeo, con obras de Goya, Velázquez y Picasso, entre otros.

El Centro Asturiano, por su parte, está dedicado al arte cubano de los siglos XIX y XX. Alberga pinturas, esculturas y artes decorativas representativas de los diferentes movimientos artísticos que han marcado la historia de Cuba. Artistas de renombre como Leopoldo Romañach, Carlos Enríquez y Víctor Manuel están ampliamente representados.

Mientras pasea por las galerías del museo, podrá admirar obras maestras de diferentes movimientos artísticos, como el cubismo, el surrealismo y la abstracción, al tiempo que descubre la evolución del arte cubano a través de los tiempos.

El Museo Nacional de Bellas Artes también ofrece exposiciones temporales de artistas contemporáneos cubanos e internacionales, que mantienen al visitante conectado con el panorama artístico actual.

Tanto si es un apasionado del arte como si simplemente siente curiosidad por descubrir la riqueza de la cultura cubana, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba es una visita obligada.

15. La estatua de Cristo

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La estatua de Cristo, conocida como "El Cristo de La Habana", es uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad de La Habana, Cuba. Encaramada en una colina que domina la bahía, esta imponente estatua de Cristo Rey ofrece una impresionante vista panorámica de la ciudad y sus alrededores.

La estatua mide unos 20 metros de altura y fue realizada en mármol blanco por la escultora cubana Jilma Madera. Se inauguró en 1958, poco antes de la revolución cubana, y desde entonces se ha convertido en uno de los principales monumentos de La Habana.

La estatua de Cristo no es sólo una impresionante obra de arte, sino también un lugar de culto y devoción para muchos cubanos. Los visitantes pueden subir a la base de la estatua por escalera o funicular, y presentar sus respetos en la pequeña capilla del interior.

Además de su significado religioso, la estatua de Cristo es también una popular atracción turística por las vistas que ofrece de la bahía de La Habana, el Malecón y la propia ciudad. Desde allí, los visitantes pueden admirar los coloridos tejados de La Habana, los fuertes históricos y las centelleantes aguas del mar Caribe.

La estatua de Cristo es un símbolo de paz, esperanza y espiritualidad en La Habana. Ya sea por su significado religioso, su impresionante arquitectura o las impresionantes vistas que ofrece, la estatua de Cristo es una visita obligada en La Habana.

16. El Gran Teatro

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El GranTeatro de La Habana es una joya arquitectónica y cultural en el corazón de la ciudad. Inaugurado en 1838, está considerado uno de los mejores teatros de Latinoamérica.

El edificio del Gran Teatro es una impresionante mezcla de estilos arquitectónicos, que combina el neoclasicismo francés con elementos del Art Nouveau y el Art Déco. Su fachada, adornada con esculturas y columnas, crea una atmósfera majestuosa a primera vista.

En su interior, el teatro ofrece una experiencia visual y acústica excepcional. El auditorio principal, la Sala García Lorca, está decorado con magníficos frescos y esculturas, creando una atmósfera artística única. Con capacidad para casi 1.500 personas, el teatro ha acogido representaciones de ballets, óperas, conciertos sinfónicos y obras de teatro.

El Gran Teatro de La Habana también alberga el famoso Ballet Nacional de Cuba, dirigido por la legendaria bailarina Alicia Alonso. El teatro ha acogido algunas de las mejores producciones de ballet del mundo y es famoso por su excelencia en este campo.

Además de las representaciones artísticas, el Gran Teatro alberga el Museo de la Danza, donde se exponen trajes, fotografías y recuerdos relacionados con la historia del ballet cubano.

Tanto si le gusta el arte, la música o la danza, el Gran Teatro de La Habana es una visita obligada para los amantes de la cultura.

17. El Castillo de la Real Fuerza

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El Castillo de la Real Fuerza, también conocido como el Castillo de la Real Fuerza, es uno de los fuertes más emblemáticos de La Habana, Cuba. Situado en la Plaza de Armas, se considera uno de los símbolos de la historia y el poder militar de la ciudad.

Construido en el siglo XVI, el Castillo de la Real Fuerza es la fortaleza más antigua que se conserva en América. Se construyó para proteger la ciudad de los ataques de piratas y corsarios. Su diseño arquitectónico, mezcla de estilos medieval, renacentista y colonial español, lo convierte en una auténtica maravilla histórica.

El castillo alberga hoy el Museo de la Marina, que exhibe una vasta colección de objetos marinos, maquetas de barcos, armas antiguas y otros artefactos vinculados a la historia marítima de Cuba. Además de su rico patrimonio histórico, el Castillo de la Real Fuerza también ofrece impresionantes vistas de la bahía de La Habana desde su plataforma superior.

Si le apasiona la historia, la arquitectura o simplemente tiene curiosidad por descubrir los tesoros ocultos de La Habana, el Castillo de la Real Fuerza es una visita obligada. Empápese de su ambiente cargado de historia y admire la belleza de esta joya arquitectónica, testigo de la grandeza pasada de la ciudad.

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¿Dónde alojarse en La Habana?

La Habana es una ciudad viva y vibrante de Cuba que ofrece una experiencia única a sus viajeros. Si quiere visitar La Habana, aquí tiene nuestros consejos sobre hoteles.

Para una estancia sin preocupaciones, le recomendamos el hotel Apartamento Habana. Situado en la última planta de un edificio del sur de Habana Vieja, este apartamento es una pequeña joya para quienes no quieran perderse ninguno de los atractivos del barrio sin dejar de disfrutar de una gran independencia. Consta de dos habitaciones: una pequeña sala de estar con una cocina bien equipada y una gran cama doble con un baño funcional. Si desea saber más sobre la disponibilidad del hotel, haga clic aquí ¡!

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¿Cómo puedo visitar La Habana en 3 días?

He aquí un ejemplo deitinerario de tres días para visitar La Habana:

Día 1: Explore La Habana Vieja, visite la Plaza de la Catedral y el Museo de la Revolución. Termine con un paseo por el Malecón.

Día2: Descubra el barrio del Vedado, visite el Cementerio de Colón y la Plaza de la Revolución y asista a un espectáculo de música o danza cubana.

Día 3: Visite Nuevo Vedado y el Parque Almendares, y explore el Castillo de la Real Fuerza. Termine con un paseo por el Paseo del Prado.

No olvide disfrutar de la gastronomía cubana y del animado ambiente de La Habana durante toda su estancia.

Cómo visitar La Habana en coche

Aquí tiene algunos consejos para visitar La Habana en coche:

- Alquile un coche en una agencia de confianza y asegúrese de que dispone de toda la documentación necesaria, incluido el permiso de conducir internacional si es necesario. Evite las horas punta para evitar los atascos, que pueden ser frecuentes en La Habana - Utilice un mapa o GPS para orientarse en la ciudad. Algunas calles pueden ser estrechas y difíciles de transitar, por lo que es importante no perder la cabeza - Busque aparcamientos seguros o zonas de estacionamiento designadas para evitar problemas. Explore los distintos barrios de La Habana, como La Habana Vieja, Vedado y Miramar. Visite lugares emblemáticos como el Capitolio, el Malecón y el Castillo de la Real Fuerza.- Aproveche la libertad que le ofrece el coche para descubrir lugares menos conocidos o aventurarse por los alrededores de La Habana, como las playas del este o los pueblos vecinos.- Interactúe con los lugareños y pídales recomendaciones sobre lugares que visitar o restaurantes locales. Por lo general, los cubanos son amables y acogedores, así que vigile la seguridad vial y mantenga a salvo sus pertenencias. Disfrute de su experiencia al volante en La Habana y empápese del ambiente único de la ciudad, admirando la arquitectura colonial, escuchando música cubana y degustando la deliciosa cocina local.

Qué hacer en los alrededores de La Habana

Hay muchos destinos interesantes que visitar en los alrededores de La Habana:

Playas del Este: A pocos kilómetros al este de La Habana, encontrará magníficas playas como Santa María del Mar y Playas del Este.Viñales: Situado a unas 2 horas en coche de La Habana, el Valle de Viñales es un paraje natural excepcional. Explore los mogotes, formaciones rocosas características, visite plantaciones de tabaco y descubra la vida rural cubana.Las Terrazas: Esta reserva de la biosfera es ideal para los amantes de la naturaleza. Camine por frondosos bosques, báñese en ríos cristalinos y visite la aldea ecológica de Las Terrazas para aprender más sobre sostenibilidad.Guanabo: Situada a unos 30 minutos al este de La Habana, Guanabo es una pequeña localidad costera muy popular entre lugareños y turistas. Disfrute de sus playas, restaurantes y ambiente relajado.Varadero: A unas 2 horas en coche de La Habana, Varadero es un popular destino costero por sus playas de arena blanca y aguas turquesas.Matanzas: Esta histórica ciudad, apodada la "Venecia cubana", se encuentra a 1 hora de La Habana. Descubra sus magníficos edificios coloniales, visite el teatro Sauto y explore las cuevas de Bellamar.Reserva Natural de Zapata: Situada al sur de La Habana, la reserva de Zapata alberga una biodiversidad excepcional. Practique senderismo, snorkel en la Bahía de Cochinos y observe aves raras en los humedales.Cienfuegos: Esta ciudad costera, también conocida como la "Perla del Sur", es famosa por su arquitectura neoclásica. Visite el Teatro Terry, el Palacio del Valle y pasee por el Malecón.Trinidad: Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Trinidad es una ciudad colonial conservada que ofrece un auténtico viaje en el tiempo. Explore sus calles empedradas, visite los museos locales y baile al son de la música cubana.CayoSanta María: Si está listo para aventurarse un poco más lejos, Cayo Santa María es una isla paradisíaca situada al norte de Cuba. Sus playas inmaculadas y sus aguas cristalinas la convierten en un destino ideal para relajarse y practicar deportes acuáticos.

¿Dónde salir de fiesta en La Habana?

La Habana ofrece muchas opciones para salir de fiesta y disfrutar de la animada vida nocturna de la ciudad. He aquí algunos lugares populares para salir de fiesta en La Habana :

La Fábrica de Arte Cubano: situado en el barrio del Vedado, es un espacio cultural de moda donde podrá disfrutar de una combinación de música en directo, danza, exposiciones de arte y espectáculos.

Casa de la Música de Miramar: Es uno de los lugares más famosos para bailar salsa en La Habana. Disfrute de las actuaciones de grupos de música cubana y baile al ritmo de sus animados ritmos.

Tropicana: Este emblemático cabaret ofrece espectáculos al aire libre en un exuberante jardín. Disfrute del baile, la música y los extravagantes disfraces.