Qué ver y hacer Volcán

Parece ser el cráter de un antiguo volcán. Se dice que todavía hay lagunas sin descubrir, o sólo conocidas por las comunidades que viven en las alturas. De las dos lagunas accesibles desde el aeropuerto, sólo la "laguna grande" está abierta al público; la "laguna chica" pertenece al dominio privado de la Finca Janson. Está a 2 horas a pie de la entrada. Es posible llegar en 4x4 cuando las lluvias no han sido demasiado intensas. Hay una zona de picnic, una zona de acampada y una zona de pesca

La civilización Barriles es una civilización precolombina del altiplano de Chiriquí que se cree que desapareció tras una erupción del volcán Barú. Hay pocos detalles sobre su época, que los investigadores sitúan entre el 500 y el 700 d.C. El vestigio más importante descubierto en el yacimiento es un fragmento de un edificio religioso, un fragmento cuya particularidad es que es el producto de la fusión de tres clases de roca. La otra cara de la piedra, la parte secreta, es la más impresionante. En él se dibujan figuras abstractas que sólo son visibles cuando se rocían con agua. El yacimiento también contiene metates, piedras pesadas con una superficie lisa en la que se preparaba la harina de maíz. El río que atraviesa el jardín, a 1.353 metros sobre el nivel del mar, también es un misterio. Si observa el agua, se dará cuenta de que la corriente fluye hacia arriba, cuando debería fluir hacia abajo, ya que la fuente está a 1.363 metros

El sitio se encuentra en la propiedad de José y Edna Landau. Edna, cuyos antepasados son belgas, le guiará por el yacimiento con interesantes explicaciones arqueológicas y botánicas, desde los primeros descubrimientos en los años 40 hasta las excavaciones. El pequeño museo ha sido creado con fondos propios y es testigo de la pasión de sus propietarios. Al final de la visita, no deje de probar una rebanada dequeso blanco, acompañada de pasta de guayaba casera. Es una delicia que deleita el paladar de los visitantes

Este cañón de 50 m de profundidad, 250 m de largo y 6 m de ancho se formó durante la erupción de un volcán hace 600 años. Lleva el nombre del tapir, ahora en peligro de extinción. Se llega fácilmente al río por un camino que atraviesa los terrenos de la central hidroeléctrica, pero el descenso al fondo del cañón (mediante una cuerda o un tobogán natural) no es fácil. Lo mejor es ir en la estación seca y con un guía que tenga en cuenta el riesgo de inundación y proporcione el equipo para el rapel desde el puente.