Qué ver y hacer Qatsrin

Situada entre Gamla y Qatzrin, la magnífica reserva boscosa de Yehudiya y sus cascadas harán las delicias de excursionistas de todos los niveles. Algunas de las cascadas son más exigentes e implican rappel y natación. Es el caso del sendero de la Garganta Negra, que sigue el cañón excavado por el río Zavitan a lo largo de una serie de cascadas en las que se puede descender en rápel. Se trata de una reserva natural muy frecuentada por los campistas, ya que en ella se puede acampar legalmente.

Las ruinas dispersas de las fortificaciones de Gamla, ahora protegidas en el Parque Nacional, fueron descubiertas durante la Guerra de los Seis Días. La ciudad toma su nombre de la palabra hebrea "gamal", o camello, en referencia a la colina en la que está situada, que evoca la forma de la grupa de un camello. El lugar es conocido como la Masada del Norte: en el año 67 d.C., 5.000 de sus habitantes se arrojaron al vacío antes que rendirse a los romanos. Este episodio, y los siete meses de asedio que lo precedieron, fueron relatados por el escritor judío Flavio Josefo. Para llegar a las ruinas, hay que seguir un camino que asciende por la ladera. A la entrada del yacimiento se encuentran los restos de una sinagoga ^{del siglo I}, una de las más antiguas que se han descubierto.

El yacimiento de Gamla también es famoso por los numerosos buitres que han construido sus nidos en los acantilados. Otra característica natural destacable es que el parque alberga la cascada más alta de Israel (51 metros), que fluye durante todo el año, y a la que se accede por un sendero que pasa cerca de un campo de dólmenes construidos por los nómadas que habitaron el Golán hace 4.000 años Estos túmulos datan de la Edad de Bronce: consisten en dos bloques de piedra colocados perpendicularmente al suelo, rematados por una losa horizontal. El conjunto se asemeja a pesadas mesas de piedra. Dado su tamaño y número, los arqueólogos suponen que estos dólmenes sólo se utilizaban para enterrar a miembros de la élite.

Desenterradas en las décadas de 1970 y 1980, las ruinas de la antigua Qatzrin han sido restauradas y el pueblo reconstruido en este pequeño y agradable parque. Los visitantes pueden ver una sinagoga ^{del siglo III} y varias casas reconstruidas en las que se exponen antiguos utensilios domésticos y aperos de labranza. Personas vestidas con trajes históricos muestran las técnicas agrícolas tradicionales, utilizando prensas de uva o de aceitunas para producir vino y aceite de oliva. Si se solicita, se puede proyectar un audiovisual.