EL BARRIO CRISTIANO
El barrio cristiano, habitado mayoritariamente por árabes cristianos, está situado al noroeste de la ciudad. Es más tranquilo que su vecino musulmán, a pesar de que a veces se pasa por procesiones religiosos. Por tanto, la marea humana te lleva, y a tu vez te apetece seguir el cortejo…
En este caso, una veintena de comunidades cristianas intentan gobernar en buena inteligencia (lo que dista mucho de ser el caso).
El barrio se extiende alrededor de la iglesia del Saint-Sépulcre (abierta todos los días, de a h (h en invierno), el principal lugar santo del cristianismo. Esta iglesia fue criada en el supuesto emplazamiento de la tumba de Cristo y en el vecino de su crucifixión, el Calvario o Golgotha. Antiguamente, este lugar estaba fuera de las paredes de la ciudad y servía de lugar para las ejecuciones. Se llamaba el Golgotha (del arameo gulgoleth), que quiere decir "la colina del cráneo", por una parte porque su forma redondeada se parecía a un cráneo y, por otra, porque la leyenda situaba allí el lugar donde estaba enterrado el cráneo de Adam.
La construcción de la primera basílica del San Sebastián comenzó en 326, por orden del emperador Constantin. Se erigió en el lugar de un templo y de un santuario romano del siglo II que, según la tradición local, se levantaba en el lugar mismo donde Jesús había sido crucificado y enterrado. Cuando los edificios romanos fueron derribados, se descubrieron varias tumbas talladas en la roca.
Hoy no queda gran cosa del edificio bizantino original que fue incendiado y saqueado por los persas en 614, parcialmente reconstruido, dañado por un terremoto en 808 y demolido de nuevo, en 1009, por orden del califa fatimiano al-Hakem. Una parte fue reconstruida por el emperador bizantino Constantin Monomaco en 1048, pero en lo esencial el edificio actual es el resultado de una reconstrucción por los cruzados del siglo XII y de renovaciones posteriores.
El Saint-Sépulcre está dividido entre seis comunidades cristianas: católicos romanos, griegos ortodoxos, armenios, coptos, etíopes, sirios. Los musulmanes, para quienes Jesús es un profeta, también están representados. Y como los cristianos se crucan, las llaves se encargan, desde el siglo XIX, de un musulmán.
En vista de la multitud de peregrinos que se encuentran continuamente, desgraciadamente el lugar tiene un aspecto industrial y, en algunos lugares, incluso es difícil moverse.
La mayoría de los visitantes viajan por la Vía Dolorosa, el camino que le habría prestado Cristo al llevar su cruz.