LA NORIA DE SAN PANTALEÓN
Pueblo fantasma del glorioso pasado minero en Sombrerete, con una antigua iglesia y una ermita dedicada a la Santa Muerte
Situada a menos de treinta minutos del centro de Sombrerete, la Noria de San Pantaleón es un pueblo fantasma, testigo del glorioso pasado minero en el que el oro y la plata fluían libremente, pero del que hoy sólo quedan unas pocas familias. Descubierta en el siglo XVI, su mina fue explotada hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando una compañía inglesa gobernaba una población de 5.000 habitantes (difícil de creer, pero la población llegó a ser de 10.000). Tras el proceso revolucionario, la mina volvió a manos de los trabajadores, que no pudieron mantenerla en funcionamiento, entre la mala gestión, los desprendimientos y las inundaciones. El visitante curioso descubrirá el fortín, una atalaya utilizada por los administradores de la mina para vigilar su botín, la antigua iglesia del pueblo y también los jales petrificados, una montaña de residuos minerales biológicamente muertos procedentes del proceso de separación de metales. El pueblo sólo vuelve a la vida en torno al 27 de julio, fiesta de San Pantaleón. El pueblo también es visitado por su capilla en honor a la Santa Muerte: en los años 20 los mineros habían instalado una imagen de la dama blanca en la iglesia antes de que fuera expulsada por un sacerdote; su capilla ha acogido desde entonces a devotos de todo el país, convirtiéndose en una de las capillas dedicadas a la Santa Muerte más visitadas del país. Un curioso descubrimiento.