PALACIO DE BELLAS ARTES

La construcción de este edificio se inició durante la presidencia de Porfirio Díaz, quien encargó al arquitecto italiano Adamo Boari la construcción del Teatro Nacional en previsión del centenario de la Independencia del país. La primera fase de las obras tuvo lugar de 1904 a 1912, siguiendo los cánones del Art Nouveau; el esqueleto de acero del edificio se recubrió de mármol de Carrara. Las esculturas de la fachada, que representan las bellas artes, fueron encargadas a artistas extranjeros. La construcción se retrasó por la inestabilidad del terreno y tuvo que interrumpirse a causa de la Revolución. Sin embargo, se reinició en 1928 bajo la dirección del arquitecto mexicano Federico Mariscal, siguiendo la evolución hacia el estilo Art Decó, que caracteriza el interior del edificio. El complejo se inauguró en 1934 como foro para las artes escénicas y visuales. Originalmente, su colección incluía obras religiosas del siglo XVI, esculturas prehispánicas, grabados y piezas de la colección Montenegro en un Museo de Arte Popular, complementado con frescos de Rivera(El Hombre Controlador del Universo), Orozco(La Lucha, la Guerra y la Desintegración) y Siqueiros(La Nueva Democracia). De la colección original, ahora dispersa en diferentes instituciones, el museo conserva ahora 17 frescos realizados por siete artistas mexicanos entre 1928 y 1963. Las exposiciones temporales y los conciertos de música clásica y contemporánea completan el panorama.