Dedicado a la Virgen del Socavón, el más dionisiaco de los festivales bolivianos dura cuatro días durante los cuales Oruro, la capital folclórica, se convierte en el centro de atención de todo el país. Característico del sincretismo boliviano, este carnaval hunde sus raíces en el encuentro de las creencias andinas y la religión cristiana. Con sus 400.000 visitantes anuales, es el segundo carnaval más importante de Sudamérica en términos de asistencia, después del de Río de Janeiro. Fiel a sus orígenes, fue clasificado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008. Las fiestas comienzan el sábado anterior al carnaval con un desfile de bailarines de todo el país. El momento culminante es la entrada de la Diablada, la danza de los diablos y los ángeles que se enfrentan, en medio de un torbellino de música y colores, bajo las más bellas máscaras del país. Una cita cultural ineludible.

Una historia de sincretismo y mestizaje cultural

En Bolivia, Oruro se sitúa en un antiguo emplazamiento de ceremonias andinas, entre las que destaca la gran fiesta de Ito, que permitía a los Urus, antiguo pueblo del imperio Tiwanaku, realizar sus rituales sagrados en honor a la Pachamama y al Tío Supay (dios de la montaña). La ciudad fue tomada por los conquistadores a principios del siglo XVII y, a pesar de la prohibición española de continuar con estas ceremonias, siguió siendo un lugar sagrado para los Urus. Para eludir esta prohibición, los Urus asimilaron la figura de la Pachamama a la de la Virgen, y el Tío Supay se vistió con el traje del Diablo, para seguir celebrando a sus dioses bajo la apariencia del cristianismo. A finales del siglo XVIII, se dice que apareció una extraña imagen de la Virgen en una de las minas de plata más ricas de la ciudad. Desde entonces, el carnaval se celebra en honor de la Virgen del Socavón (Virgen de la Mina), entonces equiparada a la Virgen de la Candelaria. La imponente estatua de 45 metros de la Virgen del Socavón, erigida en 2013 en las alturas de la ciudad, vigila los festejos, a los que asisten cientos de miles de espectadores de toda Bolivia...

Los orígenes del carnaval

A finales del siglo XVIII se empezó a hablar de la Diablada, la danza de los diablos, que antes era la llama de los Urus, y que simboliza la lucha del bien contra el mal. Las ropas de los ángeles y arcángeles eran de plata y no de latón, como hoy. A principios del siglo XX aparecieron las increíbles máscaras de la Diablada, que representan al Tío Supay bajo la forma de la imagen del diablo de cuernos rojos del cristianismo, pero también de los animales que los Urus consideran sagrados. La Diablada, con todos sus símbolos y referencias, es considerada por muchos la danza que encarna el carnaval de Oruro. Con el paso de los años, el carnaval atraerá a otros bailarines de toda Bolivia, especialmente de las zonas urbanas.

¡Que empiece la fiesta!

Desde las 7 de la mañana del sábado anterior al Martes de Carnaval, un desfile de unos 28.000 bailarines y 10.000 músicos, orgullosos representantes de la juventud boliviana, recorre las calles en dirección al Santuario de la Virgen del Socavón. La procesión, que dura unas 20 horas, se desarrolla a lo largo de algo más de 3 km, comenzando en la Avenida Aroma y pasando por las principales vías del centro de la ciudad (Avenida Bolívar, Plaza 10 de Febrero, Avenida Rodolfo Meier, etc.), antes de llegar al Santuario del Socavón. Mientras tanto, en un feroz cara a cara, los espectadores de las gradas se enfrentan. En ambos bandos, los más atrevidos lanzan bombas de agua y petardos contra sus adversarios. Los más expuestos se ven reducidos a defenderse con sus paraguas de las incursiones de espuma de afeitar.

Cada grupo representa a una región o etnia de Bolivia y está formado por varios centenares de bailarines, que son el escaparate de su región. Los bailarines se adornan con intrincados (¡y a menudo muy pesados!) trajes, así como con las sublimes máscaras por las que es conocido el carnaval. Los "veteranos" forman la banda detrás de cada desfile. Dan la impresión de ser los más alegres del grupo, tan comunicativa es su alegría de vivir. Vestidos con el mismo traje y un sombrero idéntico, siguen incansablemente los ritmos del Altiplano al son de los metales y la percusión. Los grupos más esperados son los del Altiplano y sus principales ciudades: Oruro, La Paz y Potosí.

La Diablada, danza símbolo del carnaval, es la más esperada. La interpreta la Gran Tradicional Auténtica Diablada de Oruro. Los disfraces y las máscaras son de los más espectaculares del desfile.

Un carnaval unificador

Aquí todo el mundo se divierte: en el carnaval de Oruro se codean bolivianos del Altiplano, guaraníes del Sureste, bolivianos del Oriente y de los Yungas, todas las comunidades que conforman el rico patrimonio cultural del país. Ancianos, gente mayor y niños pequeños: todos tienen su lugar, ricos o pobres.

El público está encantado, ellos también forman parte del espectáculo, aplauden, dan palmas al ritmo de la orquesta, cantan, pero sobre todo motivan a todos estos bailarines que tanto lo necesitan ya que su camino es largo. A pesar de los dolores y de la caída de la noche, la fiesta continúa durante toda la noche hasta las 3 de la madrugada. Hacia las 7 de la mañana del domingo, el carnaval comienza de nuevo, y es otro día de celebraciones, música, bailes, explosiones de alegría y colores.

Asistir al carnaval

Obviamente, los viajeros que deseen asistir a este gran acontecimiento del país deben organizarse con suficiente antelación. Lo más fácil es recurrir a los servicios de una agencia de viajes, que se encargará de todo (reservas, alojamiento, transporte). Si quiere ir por su cuenta, hay varios factores a tener en cuenta. En primer lugar, el alojamiento; debe saber que las tarifas de las habitaciones de hotel en Oruro se triplican e incluso cuadruplican durante el carnaval. Además, a menudo es necesario reservar por un mínimo de 3 noches, lo que incrementa rápidamente el coste. Los hoteles se llenan durante este periodo, así que es mejor reservar con varios meses de antelación. Es más fácil encontrar transporte, los autobuses llegan desde toda la ciudad, pero los precios también pueden estar ligeramente inflados. Luego hay que comprar una entrada para acceder a las gradas. Los precios varían según la ubicación y los servicios (algunas entradas incluyen comida y bebida), y oscilan entre 100 y 900 bolivianos por persona. Una vez cumplidas todas estas condiciones, ¡es hora de disfrutar del desfile! En general, el clima es bastante suave, pero puede refrescar rápidamente, sobre todo si se está estático. Las temperaturas suelen oscilar entre los 5 °C por la mañana y por la noche y los 18 °C por la tarde. El sol es fuerte a esta altitud, así que recuerde protegerse la cabeza. Se deben tomar precauciones básicas, ya que es habitual que las multitudes se rocíen unas a otras con agua, crema de afeitar, etc. Lleve ropa impermeable y proteja sus pertenencias (bolso, cámara). Acuérdese también de recargar sus dispositivos electrónicos para no perderse ninguna foto... ¡Ya está todo listo para disfrutar de uno de los carnavales más coloridos y animados del continente!

Información útil


¿Cuál es la mejor época para visitarlo? De abril a octubre, el cielo es mayoritariamente azul, pero hace fresco. El Carnaval 2023 se celebra del 18 al 21 de febrero.

Cómo llegar. Para Oruro, el aeropuerto Juan Mendoza se encuentra a 5 km de la ciudad. Vuelos desde/hacia La Paz Cochabamba y Santa Cruz. También hay trenes y autobuses.

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