Santo Domingo : ¿Por qué ir allí?

Desde los cables eléctricos entrelazados sobre las aceras hasta las enormes señales de colores, desde las pequeñas tiendas callejeras hasta las multitudes, todo contribuye a crear una sensación de frenesí. Santo Domingo es una ciudad rebosante de vida, agotadora y fascinante al mismo tiempo, con una miríada de vendedores que se disputan su atención: limpiabotas, vendedores ambulantes de fruta, periódicos, accesorios para coches y teléfonos, guías turísticos aficionados, todos asaltándole en cada cruce: "¡Diario! ¡Flores! ¡Maní! ¡ Mangos! Es una ciudad exuberante donde la calle es un castillo de fuegos artificiales de colores: los colores del mestizaje, los colores de la ropa, los colores de las casas bajas, los colores de los coches, los colores del cielo... A pesar del bullicio, sucumbirá rápidamente al encanto de la capital de la República Dominicana, llena de languidez tropical, risas y alegría de vivir... y noches salvajes al ritmo del merengue.