Okko Hôtels Lyon Pont Lafayette * * * *
Magnífico edificio Haussmann con cómodas habitaciones en Lyon que ofrece servicios incluidos en el precio.
El negocio hotelero del siglo XXI está en Lyon. Okko es un hotel como nos gustan, situado idealmente frente a Presqu’île, con una vista de ensueño garantizada, en un barrio chic y tranquilo. En la categoría de gama alta (cuatro estrellas) a la que añadiremos gustosamente el término casual, Okko ha comprendido todas nuestras exigencias y nos ha mostrado sus valores: generosidad (todo está incluido en el precio), convivencia (desde la acogida hasta el servicio, incluyendo la mesa en el restaurante), serenidad (disposición del espacio, colores y olores atmosféricos) y modernidad (Mac a su disposición, pago con reserva a distancia). Como dice el eslogan de Okko: «Cuatro estrellas y sin nubes». Frente al Ródano, Okko, que ocupa la antigua y completamente renovada prefectura, está perfectamente integrado en su entorno. Entre las muchas novedades de este hotel que desafía los códigos de los alojamientos tradicionales, cabe destacar la zona del Club, que reúne la recepción de una manera menos formal, la zona de desayunos (incluida en el precio), una sala de estar y de trabajo muy elegante y una sala de fitness. El Club creado por Okko organiza cada noche el Aperitivo para saborear los productos locales con una bebida (quesos de Mère Richard, productos Bobosse, entre otros). Hay dos tipos de habitaciones, más o menos amplias, pero todas perfectamente equipadas con ropa de cama muy cómoda y un sistema de vídeo a la carta. Los refrescos también están incluidos en el precio y Okko invita a la primera copa. Hay aperitivos gratuitos a cualquier hora del día y un escaparate con productos locales (cervezas Ninkasi, chocolates Voisin...) en venta para llevarse los mejores recuerdos de Lyon. Okko, más que un hotel, es un estilo de vida.
Les chambres sont grandes et confortables, mais avec des défauts les rendant peu pratiques:
- la porte de la douche se décale quand on la ferme, ce qui génère rapidement une inondation de la salle de bain
- il n'y a quasiment aucun rangement, ce n'est vraiment pas pratique de devoir laisser ses vêtements dans la valise quand on séjourne une semaine complète
- il est impossible d'éteindre toutes les lumières de son lit, il faut se relever pour accéder à l'interrupteur principal
- pas de bouilloire dans la chambre (juste une cafetière), il faut aller à l'espace lobby
La salle de sport est en travaux et inaccessible, ce qui n'est pas précisé sur le site, ni au moment de la réservation.
Le lobby en lui-même est confortable, mais la petite restauration proposée en libre service est vraiment moyenne : toujours les mêmes gâteaux et des fruits plus très frais. Dommage, c'est censé être le facteur différenciant de OKKO.
Le petit déjeuner est décevant pour la gamme de l'hôtel.
Hôtel convenable pour une nuit, mais il y a mieux pour les déplacements professionnels de plus longue durée.