En una larga calle fácilmente accesible desde la parte-dieu, como es bueno estar seguro en el momento de hacer una pausa gastronómica. Al arrestar al Comptoir du Ney, chez Michael Frandaz, no nos equivocamos. En primer lugar, porque el chef, auténtico cocinero de profesión, es un verdadero apasionado de su profesión, de productos frescos de calidad y de platos que osan la creatividad, en particular mediante el uso de aceites esenciales. Ambiente "bistró" en este lugar abierto a amplios horarios, convivencia garantizada, servicio eficaz y sonriente. A la pizarra del día esta primavera, una ensalada de serrines confitados o un asado de cerdo al estragón; pero, para la temporada, hay mejillones de bucles de Saint-Brieuc preparados a la antorcha para sólo 11,50 euros. Por la noche, dos menús. El Lyonnais hace "homenaje a nuestras" madres "con una deliciosa tarta Tatin al budín negro, cebolla y manzana fruta, seguida de una Fricasta de quenelle Lyonnaise en el gambas. El mariscal abre otros horizontes con pescado fresco del día, una sorprendente brocheta de gambas desheladas con chutney de frutas exóticas "al pan de especias" o un excelente Tartare de buey charolais cortado con cuchillo. Ensaladas XL perfectamente compuestas, hamburguesas caseras -entre ellas un Maxi del chef a 12 euros que no hay que perder- sin olvidar los verdaderos sabores para terminar. Buena carta de vinos y alcoholes con posibilidad de prolongar el placer de comer en el bar/mostrador en buena compañía. Dirección esencial para nuestro gusto.
Idéal pour un petit repas sans chichis entre amis !
Le petit plus, les saké de Pelussin, si si...incroyable découverte !