STEPHAN K
Los tiempos cambian y las palabras también. Hoy ya no se trata de "jugar", sino "artesano culinario", sobre todo cuando su tienda está situada en el elegante 6 º distrito. Una pequeña observación semántica antes de decir más bien del bien de esta dirección que da colores en el barrio y permite, sobre todo desde que los precios se revisaron a la baja, disfrutar a mediodía de un buen plato mijoso, como esta buey borgoñosa, en un marco contemporáneo agradable y con verdaderos cubiertos (lo que no nos impedirá deshacernos de nuestra meseta). Ensaladas frescas, platos bien preparados (de 9 a 15 euros), verrinas, pero sobre todo dulces que hacen la justa reputación del establecimiento con pasteles de chocolate que no te pierdas. Se puede comer en el establecimiento o llevar su "plato comedor" para saborearlo en casa o en la oficina.