ÉLYSÉE HÔTEL * *
Hotel en el corazón de la Presqu'île con habitaciones confortables y un ambiente familiar y relajado.
Lyon es una ciudad con carácter cuyo corazón late en Presqu’île. Se trata de una ciudad magnífica en la que, cuando uno se hospeda durante una o más noches, se tiene que probar el encanto de sus excepcionales residencias (en lugar de alojarse en un moderno e insípido hotel). Con una ubicación ideal entre la plaza Bellecour y la de Jacobins, en medio de la famosa zona comercial y entre dos boutiques de lujo, el Elysée Hôtel ofrece una relación calidad/precio y ubicación inmejorables. En el corazón de la animación lionesa —tanto tiendas como restaurantes en la famosa calle Mercière y todas las atracciones turísticas del Vieux Lyon a pocos pasos—, este hotel ofrece mucho más que sus dos estrellas. Situado en un edificio burgués del siglo XIX perfectamente amueblado, el encantador hotel combina elegancia, refinamiento y hospitalidad bajo un mismo techo. Calurosa bienvenida, siempre dispuestos a recibirnos con una sonrisa y un servicio excepcional que incluye buenos consejos para nuestras salidas. Las habitaciones también son encantadoras: insonorizadas y climatizadas, y ofrecen un confort moderno (baño y aseo, secador de pelo, pantalla plana, wifi gratuito, despertador, aire acondicionado y teléfono). Y si viaja en familia, el hotel dispone de habitaciones conectadas, siempre a un precio razonable. Para los que trabajan, se alquila una sala de reuniones con capacidad para veinte personas. Solo queda degustar la dulzura de la noche, seguida de un buen desayuno en una magnífica sala abovedada, para saber que el Elysée Hôtel es uno de los mejores alojamientos de Lyon.
Bon petit déj
Prix correct et quartier très agréable
La habitación asignada era una buhardilla de solo 9 metros cuadrados, con paredes que aparentaban no haber sido pintadas en décadas y una carencia notable de comodidades básicas, como una papelera. La disposición de la televisión en una esquina incómoda y la presencia de un cuadro de dudoso gusto solo añadieron a la sensación de descuido general. Además, la única fuente de luz natural era un tragaluz que ofrecía vistas limitadas al cielo, privándome de las vistas de la ciudad que había esperado.
El acceso a la habitación también fue problemático. Necesitaba subir una planta a pie para acceder al ascensor, que a su vez me dejaba en un piso diferente al de mi habitación, lo que implicaba un esfuerzo adicional innecesario.
Considerando el precio que pagué, esperaba un nivel de comodidad y atención al detalle significativamente mayor. Aunque el personal del hotel fue amable, esto no compensó las numerosas deficiencias de la habitación y las instalaciones. Me sentí particularmente decepcionado por el desajuste entre el costo de la estancia y la calidad del servicio y las instalaciones ofrecidas.
En resumen, aunque la ubicación del hotel y su encanto superficial pueden ser atractivos, mi experiencia personal estuvo marcada por inconvenientes y una sensación de claustrofobia, todo agravado por una relación calidad-precio desfavorable. Recomiendo a los futuros huéspedes considerar estos aspectos antes de realizar una reserva en este establecimiento.