La fórmula no data de ayer, sino de anteayer,¡y es mejor! La fórmula es sencilla y también es mucho mejor. Desde el tiempo que el Futé preconiza la vuelta a las buenas recetas de antaño, cuando las madres lisianas componían diariamente, con productos frescos, platos sabrosos, es grato saludar la apertura de este bistró, café-mostrador, donde la pizarra nos anuncia que a cada día corresponde su plato. Para empezar bien la semana, es el lunes. El martes es guiso de temporada y el miércoles un tradicional ratón de cordero. Los jueves, pequeños retoques. Los viernes, las quenellas llenas de sol y los sábados, blanqueados de ternera a la antigua. Todos los días se celebra una lata de pescado y, a veces, rana de ranas. Una pequeña terraza agradable en una calle tranquila, decoración de antaño en la que se mezclan objetos despedidos, la decoración es tan exitosa como la cocina. En un establecimiento llevado por Cécile y Olivier Remontet, el hotel ha disfrutado de la bienvenida sonriente y de las salinas fundantes de placer, generosamente (los grandes apetitos estarán encantados) compuestas de ingredientes de calidad bien adornados. Otra dirección que nos pone el agua en la boca sólo para pensarlo. Frente a los conceptos asépticos, Inteligente levanta el sombrero para este Bistrot.