Los franceses son rabiosos, pretenciosos, infieles, inconstantes… Tantos clichés, a veces justificados, que nos harían decir que el Café francés no siempre garantiza un servicio sonriente, no propone siempre una excelente relación calidad-precio y una cocina que no responde siempre a nuestros criterios de exigencia. Sin embargo, el Café francés merece más elogios que críticas. En primer lugar, está el emplazamiento. El Café Francés, situado en la tranquila plaza Poncet, a dos pasos de Bellecour y de todos los lugares de Lyonnía, forma parte de los imprescindibles para turistas y de Lyonnais. La gran terraza es una ventaja, sobre todo si se completa con una porche climatizada en invierno y climatizada en verano. Las salas interiores son de gran belleza y la bodega es un auténtico paraíso para los amantes del vino, especialmente de la región con bonitas botellas y vinos grandes o bebidas alcohólicas. Carta de tapas para picar una buena copa de vino. En cuanto a la cocina, las ensaladas siguen siendo la estrella de verano, en particular una Ensalada del Sudoeste con foie gras casero y magretes de pato marinado. Por supuesto, la casa propone su hamburguesa del CF y su hamburguesa Louchebem. Tradicionales palacios de brochet, crema de almejas, peras de mejillones o un tártaro de salmón marinado. Quesos de la Madre Richard, crema caramelo, tiramisú en el café, crepe y chofer para terminar con dulces. Al final, una bonita dirección en el corazón de Lyon.