En 1954, Vital Pignol, joven Stéphanois, monta una pastelería en el 17 de la calle Emile-Zola, justo al lado de la emblemática plaza Bellecour. Más de 60 años después, la casa Pignol ha cambiado mucho, pero la dirección ha quedado. Pignol, el proveedor por excelencia, se ha convertido en sinónimo de recepciones de excepción y hoy cuenta con 7 restaurantes y tiendas que emplean a unos 160 trabajadores. Esta gran casa ha sabido conservar su alma y siempre son apasionados y profesionales exigentes, como Jean-Paul Pignol, que lo animan. Lo que es especialmente notable es que este cartel no se base nunca en sus laureles, proponiendo siempre nuevas creaciones en cada ocasión, siempre contentándose con hacer lo mejor. En este lugar histórico, Pignol nos propone una pastelería, pero también un restaurante en las dos plantas del antiguo apartamento de la familia Pignol. En total, cuatro salas diferentes, desde el ambiente bistró a la cocina pasando por la intimidad del salón, para degustar platos de temporada todos los días diferentes -como esta filete de vara en el corazón del verano- ensaladas bien compartidas de productos frescos y, por supuesto, las maravillosas pastelería caseras. Una dirección que forma parte del patrimonio gastronómico de la ciudad.
Merci