Después de un regreso ganador, el Docks 40 cambió de rumbo pero no cambió de fórmula. El hotel es la dirección ideal del barrio de Confluence para sentarse en una de las terrazas más bonitas de la ciudad, frente al Saone, tomando una copa y almorzando con una carta de cervecería. A la hora del aperitivo (que se prolonga gustosamente), se exponen las tapas en un ambiente lounge de los más exitosos. La noche continúa pasando a la mesa en un decorado renovado. Los reflejos plateados recorren una sala que se ha modernizado, mientras que las bonitas fotos atraen nuestra mirada. Entre las tapas propuestas: una terrina de foie gras acompañada de su pan con higos, una base de involtio, una salchicha Abruzzese servida entera, una sabrosa plato de charcutería; a continuación, tapas carnes con una red de codorniz lacada con yakitori, un delicioso dúo de minihamburguesa o tapas pescados con salmón de mi parte y ahumado con pimienta de Sichuan o gambas asadas en perrocha; antes de terminar con tapas azucaradas, como estos brochetes de frutas salpicaderas. Cuidado, no empieces a cenar demasiado tarde, ya que a partir de las 23 h la campana suena, y la música y el baile toman el paso sobre la restauración, facilitando nuestra digestión. El Docks, mucho más que un restaurante, es una dirección obligada del día y de la noche recomendada por el Futé.
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Opiniones de los miembros sobre DOCKS 40
Seul point négatif surtout quand on a plus de 40 ans c’est de se faire traiter comme des gamins de 18 ans par des videurs pas aimable ! Alors que c’est censé etre l’accueil…
Nourriture bonne, mais pas très généreuse et donc assez chère pour ce qu'on peut y manger.
Un serveur sympathique, mais les personnes du vestiaire pourraient faire un effort. Bref, ambiance un peu spéciale, pas pour moi, mais tout se teste !
Le fondant est appelé ainsi par le personnel, mais nommé comme moelleux sur la carte. De plus, il s'agit bien d'un moelleux. Si non, un fondant trop cuit !