Por los recuerdos, por el buen humor y por la gastronomía. Son los sentimientos que pueden llevarles sin miedo a esta tienda de cerco de taras como años de posguerra. Para decirles todo, la nostalgia ha jugado todo el juego sobre nuestro padre de paso en Lyon, que ha encontrado en estos lugares un poco de su infancia, de los aperitivos de antaño, del espíritu que reinaba en los cafés de su juventud. Bienvenida sonriente y alegre, decoración heteróclita y tendrás que volver más de una vez para detallar todas las inscripciones y descubrir todos los objetos de otra época. Mesas de bistró en una sala en profundidad, entre ellas una gran mesa para las noches entre amigos, jugar a las cartas por las que no. No se puede evitar pedir un aperitivo que salga de la máquina del tiempo y continuar con una tartina de temporada, compuesta de ingredientes de calidad, o con una sopa, caliente o fría, para aquellos que quieran comer líquido… Un concepto simpático que merece la pena detenerlo, incluso cuando hay que esperar durante mucho tiempo para tener una mesa. El otro Epicerie del 8 º, cerca de la fábrica de los Tabacos. Un poco más grande, un poco más estudiantil, pero con el mismo encanto a la antigua.
Opiniones de los miembros sobre L’ÉPICERIE-BISTROT À TARTINES
Les tartines sont passables rien d'extraordinaire, n'importe qui pourrait faire pareil, bref très déçu de ce restaurant.
A essayer !!????
Hygiène horrible avec le chat qui fait sa petite toilette intime sur la table d'à côté. Table sur laquelle on installe des clients sans même passer un coup d'éponge.
Toilettes glauques.
Huîtres pas fraîches et mal ouvertes avec plein de morceaux de coquilles à l'intérieur. Rien de bon. Passez votre chemin.