JARDIN ZEN D'ERIK BORJA
Jardines de inspiración japonesa en el corazón de la finca vinícola familiar.
Una joya de la corona En el corazón de la finca vinícola familiar, el escultor y artista plástico Erik Borja diseñó en 1973 una serie de jardines de inspiración japonesa. Aquí se puede saborear la armonía, la serenidad y la comunión entre el hombre y la naturaleza. Siguiendo los principios del feng-shui y las reglas de composición de los maestros jardineros japoneses, expresa su propia sensibilidad y su naturaleza de escultor. Jardines de recepción, de meditación, de té, de paseo, de dragones y secos se suceden desde la cima de la colina hasta el río, más abajo. Manantiales, arroyos y cascadas alimentan varios estanques, mientras que un bosquecillo de bambú enlaza los jardines con las orillas del río y el paisaje natural circundante. Rocas y guijarros añaden un toque mineral. La armonía, la serenidad y la comunión entre el hombre y la naturaleza son evocadas, estilizadas y magnificadas por el talento y la creatividad de los jardineros que componen el equipo de Erik Borja. El lugar requiere un mantenimiento constante y meticuloso, llevado a cabo con destreza y pasión por sus jardineros. Un jardín en terrazas de estilo mediterráneo da acceso al huerto y al jardín de la cocina, que recuerdan a los jardines de Argelia, donde Erik Borja pasó su infancia. Una gran variedad de árboles, arbustos y plantas de origen asiático y americano se plantan junto a especies locales. El arte de la poda es aquí esencial, y ofrece una brillante demostración de cómo este arte japonés puede adaptarse a los paisajes y plantas de nuestras regiones.
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Opiniones de los miembros sobre JARDIN ZEN D'ERIK BORJA
Prenez bien votre temps pour le visiter car autrement vous aurez l'impression que le prix de l'entrée est prohibitif. Pour un prix d'entrée similaire j'ai préféré la cité du chocolat !!!!!
Pour commenté un des avis laissé effectivement ce n est pas très adaptés en fauteuil roulant, la personne dit que ce n est pas goudronné et bien fort heureusement que ça ne l ai pas, sinon ce jardin perdrait de son charme. Nous avons était très bien accueillis par la dame de l accueil. Faut vraiment prendre sont temps pour s imprégner de tout ce que le jardin peut nous offrir.
Seul bémol mais pas la faute du jardin, les personnes qui visitent, ils ne respectent pas trop le silence et l envie de bien être des autres, surtout avec les enfants... devrait y avoir des journées réservées uniquement aux parents avec enfants et avec tranches d heures par exemple le matin. Parceque voir courir et crier les enfants se n est pas très reposant alors que le lieu se prête beaucoup à la détente et à se ressourcer.