AMAZONIA

Los centros Amazonia -y el de Bourg no escapan a la regla- están bien diseñados. Se accede libremente a cualquier hora del día a las numerosas máquinas de stretching o musculación, a vestuarios individuales, cabinas y duchas para cambiarse. Acceso a Internet y zona de relajación, con microondas, hervidor, cotetas de café y bolsitas de té, jarabes y frutas perfeccionan el servicio. El personal, en los horarios en que está presente, explica el funcionamiento de las máquinas y asesorará sobre la forma más eficaz y segura de utilizarlos.
De hecho, Amazonia sólo tiene un defecto, pero es importante: las tarifas son especialmente opacas. A petición de los descuentos y otras fórmulas de patrocinio, nadie parece pagar lo mismo.