Este castillo, con sus incomparables vistas al mar y sus hermosos jardines, es una de las principales atracciones turísticas de la Costa Azul.
Gran atracción turística de la Costa Azul, este castillo de piedra roja perteneció a los condes de Villeneuve. En 1918, Henry y Marie Clews, un matrimonio estadounidense amante del arte, lo compraron en ruinas. Tras diecisiete años de restauración, el castillo y sus torres fueron reconstruidos en un bello estilo neomedieval. Hoy, el Centro Clews para las Artes apoya e inspira el intercambio cultural y la creación artística internacional. Gracias a sus nuevos propietarios, esta joya del patrimonio ha vuelto a convertirse en un lugar verdaderamente excepcional.
Los terrenos del castillo son magníficos y abarcan tres hectáreas de suntuosos jardines de estilo francés con pequeñas zonas de influencia veneciana, inglesa e italiana. Recorriendo la avenida central, los visitantes pueden pasear o incluso perderse por los exuberantes senderos verdes, estanques y parterres. Los jardines han recibido la etiqueta nacional de Jardín Notable y a menudo acogen exposiciones temporales.
Después de explorar el castillo y sus jardines, no se pierda un paseo por el paseo marítimo con vistas a la bahía de Cannes. Para convertir esta jornada de descubrimientos en una experiencia cultural y culinaria, los restaurantes cercanos son el lugar ideal para disfrutar de una copa o una comida con los ojos en el agua. El castillo de La Napoule es un destino emblemático de la Costa Azul y una visita obligada para todos los visitantes.
La visite guidée est obligatoire et vous apprend des anecdotes originales sur les anciens propriétaires du château Henry et Marie Clews, deux artistes. Ils sont d'ailleurs enterrés dans une des tours du château, qui abrite également à son sommet une pièce secrète entièrement murée et dans laquelle l'âme des anciens amants devraient se rejoindre 109 ans après leur mort.
Il y a peu de pièces à visiter en revanche (l'atelier d'Henry Clews présente de très belles œuvres).
Le seul gros bémol, la visite dure environ 45 minutes, et on essaie de vous dissuader à votre arrivée de la faire avec vos enfants... pas très agréable!