Berlingots, chocolates, chutas, violetas, caramelos, regalices, guimcures, acidulados, acidutes… Para visitar la fábrica y asistir a la fabricación de todos estos dulces maravillosos, es en Boufffonte (Vendée) que hay que rendirse - pero para saborearlos y traerlo un surtido a medida, la tienda de San Hermes. Blain está muy abierto. Un lugar indispensable para encontrar todos los sabores, formas y colores que marcaron nuestra infancia. En casa de Bonté Pinson, confiscador desde 1860, los verdaderos berlingotes nantais siguen fabricados a la antigua, cocidos en calderas de cobre y trabajados en mano. Para las más bellas ocasiones, las dragadas están decoradas con chocolate, almendras, en forma de corazón… De las 500 referencias realizadas por este emblemático establecimiento, encontrarán de qué sirve la gastronomía de todas las generaciones, a precios especialmente interesantes. Por buenas ideas, algunas composiciones se presentan en magníficas cajas Belle Epoque o espíritu romántico.