LA CAVE DE LA TRINQUETTE
Ante un escaparate sencillo y discreto, tendemos a no atrevernos a entrar. Y, sin embargo, al pasar y volver a pasar por delante de este lugar, no podemos evitar reconocer que desprende algo cálido y acogedor. Y eso es exactamente lo que nos transmite La Cave de la Trinquette La original disposición, con sus mesas en forma de barril y sus sillas altas, tiene sin duda mucho que ver. Así que si las risas y el buen humor acaban por convencerle para entrar, puede empezar la velada degustando los numerosos vinos aromatizados hábilmente recomendados por el propietario (se ofrecen unos cuarenta siropes, algunos de ellos muy originales, con sabores sorprendentes: jengibre, curaçao...). Comprendemos a los asiduos, sobre todo porque la acogida es muy cordial. Esta bodega, que cierra temprano (21:00 h), es un lugar ideal para tomar un pequeño o gran aperitivo
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