Se trata de un auténtico restaurante tailandés que te ofrecerá una cocina especiada con perfumes muy delicados. Además, en el mapa, junto a algunos platos, se dibujan los pimientos que te indican el grado de especias que hay que esperar. Una excelente iniciativa. En el fondo, en una pared, los retratos del rey y de su esposa. El techo dorado, los cuadros importados y la lámpara de erizos de erizos (junto a la caja) son detalles que crean el exotismo que se espera (y que sigue siendo sobrio). Para los amantes de la cocina asiática, reconocerás algunos platos de origen chino. Pero sería una pena no probar un verdadero plato tailandés cuyos sabores son inmejorables. Te recomendamos la olla tailandesa con pollo, zanahorias y cebollas: ¡una verdadera delicia! Tienes la elección de platos en salsa, si no puedes optar por camarones asados o por platos a base de fideos o de vermigas. El trato es muy atento. ¡Muy agradable!