Es un placer escuchar el acento mexicano de Sandra y dirigirte al mapa que propone esta auténtica cantina mexicana: tacos, quesadillas, nachos, fajitas, enchiladas… Un verdadero viaje culinario en perspectiva. ¿Probado por una torta de trigo o maíz? ¿Quieres comer muy picante o razonablemente localizado (indicado en el menú)? Bueno, lo más sencillo es coger el plato descubierto (servido sólo a mediodía). En cualquier caso, lo que es cristalino para todo el mundo es la margarita (5,90 euros). Y después de una comida picante, especialmente si has probado las salsas casas de Sandra, nada como una buena tequila envejecida Forrado, un delirio. La recepción, al igual que el marco (con colores vivos y alegres) es acogedora. Un buen lugar donde respira la sencillez. ¡Thom!
Nous reviendrons !