EL MOLINO DE FOULIGNY
El pequeño pueblo de Fouligny alberga el único molino de agua aún en activo en el País de la Nied. Su existencia ya se señaló en 1302: entonces formaba parte de la abadía de Longeville-lès-Saint-Avold. En el interior, no encontrarás vendedoras ni cajeras… En esta explotación familiar, te servirás en una esquina del depósito. Abre todo el año para la venta de sus productos, encontrarás una gran variedad de harinas artesanales de calidad. A elección: trigo, escanda, sarraches, cebada, centeno, maíz, mido… Todos los cereales son de procedencia regional. Pero también hay harinas más específicas (completas, para pan de especias…), de tipo 45, 55 o 150, todo sin conservadores, ni aditivos químicos y a precios muy razonables. Sin duda, este pequeño molino pintoresco y sus harinas excepcionales vale por sí solo,¡el rodeo!