ÉCOLE DE PARACHUTISME SPORTIF DE LA MOSELLE
El aeródromo de Doncourt-les-Conflans (a quince minutos de Metz) presta su antigua pista americana a los neophytes para su primer salto, realizado en tándem con un monitor graduado de Estado después de un día de formación. Para pasar esta dura prueba hay que saltar a 3.000 m de altitud. Una vez franqueado el rumbo, se prevén estancias para poder actuar en solitario. Los más temerarios podrán embarcarse en el vuelo relativo (VR para los más iniciados) (sucesión de figuras en caída libre). Atención al nivel de los documentos que deben facilitarse: el certificado médico es obligatorio y la autorización parental es necesaria para los niños de entre 15 y 18 años. Antes de cada salto, se prevé una iniciación teórica y una simulación en una maqueta. Después, inevitablemente, hay que ponerse "en verdadero". Una vez que los temores del vacío pasarán, vale la pena intentarlo porque la experiencia es gris.