LE BŒUF DANS LA RUE
Los amantes de la carne están aquí en la boda. Las participaciones son casi románticas y servidas acompañadas de patatas fritas o de otro tipo. El ambiente es, también, muy bistró, vuelvo a un continuo movimiento de personas cambiantes. Las conversaciones son tan animadas como la manga endiabótica del equipo en horas punta. En un entorno muy bistró con billares, cabeza de jabalí en la pared y algunos de ellos tienen su toalla rodada y hilada por la semana, y en una atmósfera agradablemente sobrevolada, nos servimos de las cuotas de ternera increíblemente copiosas o una fondue borgoñona para ograr: 400 g de carne cruda no es una cuestión sencilla. Así que se toma el tiempo, el de la conversación, el de la curiosidad, el del aficionado que sirve. Las carnes de buena calidad, la piqueta de vinos de sed y el buen surtido son de rigor. En vista de la frecuentación (una población con dominación masculina), el Buey en la calle está sujeto a manifestaciones entusiastas muy dignas.