Se puede encontrar en la galería comercial del Intermercado de Ludres, independientemente de lo que digan, La cabaña del Tréapeur es casi un pequeño trozo de Canadá o una escalera en el Grand Nord, pero no lejos de casa. Por cierto, el secreto ya no es uno desde hace mucho tiempo, a ver la sala casi completa cada mediodía… (pensemos en reservar o, entonces, intenta llegar antes del math.) La decoración se trabaja con cuidado-de madera casi todas partes como chalés de montaña-caza-pesca, el servicio impecable, y si el chef no propone a Putin, se come realmente bien, con productos frescos del mercado, y una cocina tradicional en el buen sentido del término -incluso el pan es casero- puedes comprar allí si te lo dices. Y ya que "hay que comer si quieres ser un verdadero montañero" (los cinéfilos apreciarán), se sirven principalmente platos a base de quesos, de patatas o de carne en salsa, todo servido en una cantidad bastante generosa. También destaca la calidad de los postres, con un "té gourmet" que permite disfrutar a la vez de la mousse de chocolate, de la deliciosa tarta tamil o de la crema quemada a la bergamota. Francamente agradable y agradable, se sale con la ganas de volver.
(Avis d'origine)
Tres bien ! ????????