LE GAULIUS
En la gran avenida asiria, este restaurante es ineludible. El trato es cordial y agradable, el lugar está decorado con gusto, al igual que lo que encontramos en el plato. Una mezcla deliciosa entre la cantidad y la calidad, y sin tener los bolsillos mucho más ligeros al salir. Personalmente, apreciamos mucho el bufé de fuera de obras y charcutería, que da ganas de probar todo. Pero recuerda que hay una suite y que hay que dejar espacio a lo que viene, en este caso de las lomas de cerdo. Perfectamente cocinados, estos podrían animarnos a volver a degustar a menudo a otros. Pero la tarjeta es un laberinto, de donde es difícil encontrar su camino y dejar de elegir. Carnes blancas o rojas, pescados u otros flamencos, todo da ganas, por no hablar de los postres. La ensalada de frutas que hemos elegido, para aliviar un poco un estómago bien alimentado, habría merecido ser más apreciada y hasta la última fruta. Será para una próxima vez. Sin duda.