Es una brasserie que no paga una mina, pero que reserva maravillosas sorpresas en la cocina. Situado en los cuadrados del mercado, El Mercos acoge a sus huéspedes en un entorno agradable, con un espíritu "bistró parisino" de época. El antiguo mostrador, los taburetes burdeos, las sillas de madera, los carteles antiguos colgados en la pared: el entorno es agradable y invita a la degustación sin florituras. En cuanto a la cocina, la mesa propone una cocina tradicional francesa servida en una vajilla tendencia. Prueba en entrada los puerros a la antigua o el plato de Serrano español al melón. Para los platos, puedes elegir entre un foie de ternera con judías verdes, un peniques a la Siciliana o unas deliciosas ensaladas (servidas en inmensos saladiers blancos). Cabe destacar la "Bruchetta" con ensalada, tostada de mozzarella bonita, tapenada y tomate. Los postres también son muy buenos. En verano, la terraza vale la pena.
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Ma commande a mis quelques minutes de plus que prévu à arriver, et de ce fait, le serveur m'a gentiment apporté une énorme portion de frites en guise de "cadeau", fantastique.