Construido en 1884, esta antigua posada situada cerca de la carretera se convirtió en una posada con encanto para convertirse en un lugar de fiesta y de convivencia. Los salones Leopold hacen todo al mismo tiempo como restaurante (bufés cenatorios los viernes y sábados por la noche y amarillas los domingos), salón de té, salas de baile y recepción con capacidad para hasta 150 personas. Recientemente renovadas, sus ocho habitaciones ofrecen un confort óptimo a los huéspedes de paso, en un gran espacio verde, ya que un parque de una hectárea rodea el albergue. Puedes organizar seminarios, bodas, aniversarios, pero también participar en almuerzos, cenas bailarinas, veladas temáticas, barbacoas… Para los amantes del baile, se proponen estancias. El establecimiento complementa su oferta con una discoteca.
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