RASTRO DE DESCUBRIMIENTO
Frente a la abadía, el camino de la Reina-Hortense, bordeado de álamos majestuosos, abre el acceso a este espacio protegido. El lugar está abierto a todos, pero hay que calmar las botas para acceder, entre las cañas. El momento ideal para llegar es por una bonita mañana de primavera. Es el momento más mágico. Una asociación de voluntarios ha acondicionado dos hechizos, cabañas de madera con hentes, detrás de las cuales los enamorados de naturaleza curan durante horas una nueva especie de ave o de mamífero. Se han instalado perquirs y alimentos para incitar a las aves a venir a casa. La remolacha depositada en varios lugares también está muy apreciada por las bichos y los pequeños mamíferos, como los conejos, las bellitas o los putois. Al pie de los observatorios, el estanque, con sus islas, es un verdadero remanso de paz para las especies nichosas.
Este establecimiento también figura como :