No necesariamente fácil de encontrar en los nuevos barrios de Serris, este restaurante es bastante bonito con su renovada fachada de briarde. En el interior, la decoración mezcla el encanto de lo antiguo (enormes vigas bajo la bóveda del tejado) con el mobiliario moderno (mesas, sillas y grandes tubos de metal con techos industriales complejos). En los platos bellamente presentados, podrá encontrar platos clásicos y equilibrados de la gastronomía francesa (suave sopa de berros de huevo, ravioles de cigalas, filete de bacalao, corazón de filete de rabadilla, piña asada a la vainilla, etc.). Sin embargo, no todo es perfecto en este restaurante..... Encontramos el servicio un poco demasiado rápido (pero es probablemente una calidad a la hora del almuerzo), y la pantalla gigante desplegada sobre las cabezas puede molestar a los que vienen a comer tranquilamente. También hay que tener en cuenta que no es infrecuente que el lugar organice conciertos, inauguraciones y otros eventos festivos.
Le cadre est super. Le service est rapide et l’équipe accueillant. Le patron est présent pour ses clients.
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