Restaurante en París que ofrece especialidades creativas y modernas, multitud de sushi, sashimi y pescado.
La puesta en escena es extremo oriental en este lugar elegante: imponente estatua de Buda, mobiliario de caoba, objetos decorativos, tejidos, paneles de madera, luz tamizada… todo aquí es muy parisino y exótico. Allí se cena exótico, a no ser que prefieras tomar una copa en altillo - balustres de hierro forjado XVIII… Los DJ intervienen por la noche y emiten aires orientales-electro bastante agradables a imagen de las compilaciones Buddha-bar que también puedes comprar en la pequeña tienda. Desde septiembre de 2016, Iimura Shigeki, jefe ejecutivo del grupo, y Frédéric Branchu, jefe del Buddha-Bar Paris, han revisado por completo el restaurante al incorporar ingredientes y especias a los perfumes refinados procedentes de China, Japón, Tailandia y el Sudeste asiático, en general, combinándolos con los sabores de l. Occidente. Los ingresos son creativos y modernos a la vez. Se encuentran los clásicos del Buddha-Bar, como la multitud de sushis, rolls o sashimis, la ensalada de pollo asado, col chino, cilantro, cilantro y su salsa miel-mostaza, pero la carta cuenta también con muchas novedades como el cevillo de verduras, el salmón crujiente al nori, cubierta por una salsa ponzu a la naranja o incluso el atún medio cocinado justo en su cama de col kale y acompañado de una sartén de champiñones. En cuanto a postres, el festival de sabores unívocos prosigue, pero nos sentimos especialmente enamorados por el blanco comiendo coco-mango y la cúpula chocolate blanco y piña confitada. En conclusión, el Buddha-Bar se ha renovado magníficamente y es una buena noticia para los fines palacios.