Un establecimiento acogedor con cocina familiar a la carta, detrás de la iglesia de Sainte-Clotilde de París.
Los cafés en el corazón de París con una mesa de futbolín son bastante raros. El télex es uno de ellos, y tienes que admitir que cambia una atmósfera. El de este establecimiento detrás de la iglesia de Saint-Clotilde es animado y acogedor, tanto en la Happy Hour como a la hora de la comida. Los clientes, muchos de los cuales son habituales, aprecian la naturaleza familiar de la cocina aquí. La carta es corta (es una buena señal), con los pilares del bistro (tártaro de ternera, pieza de carnicero, ensalada Nicoise...) a los que se añaden los platos del día, como este cerdo salteado con berenjenas de soja a la plancha el día de nuestra llegada. Sencillo, bueno y fresco, que se puede disfrutar en la terraza en los días soleados.
En revanche, le cadre et le service très bien. Autant un mets sans un bon accueil laisse un goût amer, autant un service (même parfait, comme ce fut le cas) sans bon plat, ne laisse pas un souvenir formidable.
Nous étions déjà venus pour des clubs sandwiches plutôt généreux en poulet et avons donc voulu tenté une viande rouge, mais là, nous n’avons pas eu de chance. A la table d’à côté, ils n’étaient pas charmés non plus à la découpe de leur viande de ce qu’ils nous ont dit.
Alors, pour un club sandwich : oui. Pour un plat plus élaboré : pas sûr de renouveler l’expérience.