MUJI
¡La marca japonesa tiene sus incondicionales! Bastante elegante. Esta gran tienda de la marca está situada detrás de la iglesia de Saint-Sulpice, casi enfrente de otra tienda Muji dedicada a la decoración, a la decoración, a la ropa de cama (almohada con memoria de forma, sábanas dulces) al cuarto de baño (recarga para cosméticos, kit de viaje), cocina (sals de madera y palillos)… Por su parte, Sopi ropa Saint-Sulpice propone en una hilera de tres piezas la gama de colecciones de ropa y hombres de esta marca japonesa conocida por su sobriedad y calidad. La pata fue fundada en 1980 en respuesta a la obsesión de las japonesas por las garras (parisinas) y las firmas. A contracorriente, pues, de un cierto esnobismo, pero también del despilfarro inherente a la sociedad de consumo. Aquí no hay florituras, sino elegancia en la sobriedad, espíritu ecológico. Bonitos cotones, cachemir, recortes francos, kimono, un brin samurai, pero también clanes de ojo más glamuroso y toques desfasados. En los accesorios no se canten las chantajes de plástico con colores elegantes (con calcetines a dedos de pie adecuados), ni las adorables relojes con fines brazaletes de cuero de doble torre… Es un poco caro pero no demasiado, pero no demasiado, justo a imagen del espíritu Muji: cierta moderación a la japonesa.