Restaurante en París con una carta corta y original, una cocina ambiciosa.
La fachada de cerámica de esta antigua pesquería, reconvertida hoy en restaurante, conserva su encanto de antaño. Una entrada en materia estética que gusta a los habituales de la esquina y a los turistas curiosos que empujan la puerta de la dirección. En la recepción, un chef neozelandés very simpático y sonriente que puso detrás de los fogones Valentin Vasker. El joven chef se realiza en una carta corta y original: mejilla de cerdo servida con champiñones eryngi, ajo y jengibre, sashimi de caballa acompañado de remolacha y bergamota, manzana Tatin montada con una crema en clavo… La cocina es ambiciosa y no nos gusta. ¿Y el vino? Muy bonita carta orientada a los vinos del Languedoc, del Roussillon y del valle del Ródano.
Gnocchi was ok, nothing special. Good recommendation on white wine! Good service but the place somewhat lacks the ambiance…
Service is really fantastic; the service team are warm, caring and so generous. The atmosphere is laid back perfectly noisy and lovely.
In the heart of Saint Germaine, in an area street full of cosy bars and restaurants.
Make sure to reserve or if you are alone sit at the bar