Restaurante que ofrece menús de inspiración tradicional pero filtrados de forma orgánica.
En primavera, los japoneses celebran Hanami: el arte de mirar apareciendo las primeras flores, en la mayoría de los casos bajo los cerezos. Un detalle que no nos deja indiferentes, ya que en nuestro alma de gastronomías agudas siempre hay una punta de poesía. Es el caso de Sakura Franck, la líder de este restaurante, joven niphecho y globo troidoso. Sakura, cuyo nombre significa "Flor de Cerísier", refinó su gusto y curiosidad por la cocina en Asia y los Estados Unidos durante varios años antes de instalarse, diplomas en bolsa, en Francia. Después de descubrir nuestros sutiles recetas de pastelería y otras botas secretas de maestros, abre en 2002 su propia escuela de cocina: Suhou y finalmente el restaurante. Lo menos que se puede decir es que se trata de una dirección a la elegancia decretada en múltiples facetas, como los origami, estos sorprendentes y alegres pliegos de piel japoneses. En efecto, bajo los Cerissiers se dividen en dos partes, la sombra y la luz, el ying y el yang, el restaurante, intimista y el taller para los cursos de cocina, dulce y luminoso. Nada se deja al azar, desde la delicada elección de los vajilla y de los adornos, importados directamente desde el país del sol levantando la finura de los menús, de inspiración tradicional (miso, maki, algas, marincha, etc.), pero filtrados al bio y relevado de un french touch, justo lo que hace falta. En estos menús, el chef propone un acuerdo de bebidas y bebidas con té o sake. Ejemplo: la terrina de foie gras al sake y miso, la especia Sansho que se combina con té Hojicha o con saké Kudan no Yamada…
Merci pour les plats vraiment très délicieux !
Je conseil particulièrement la découverte des whisky !! Étonnants et pourtant tellement appropriés aux plats!
Merci aussi pour les bougies et l'instrumentation ! Ça fait son effet.